CARNAVAL
Una vecina de La Isleta: "Tengo los chiringuitos en la puerta de mi casa"
Asegura que el escenario del Carnaval está a veinte metros de su vivienda
Gran Canaria - Publicado el - Actualizado
3 min lectura
El Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria, Fiesta de Interés Turístico Internacional, es conocido en el mundo entero por su esplendor y colorido. Este año, las fiestas se han trasladado al barrio de La Isleta y por su ubicación en el istmo de la ciudad, supone un desafío particular. A medida que la festividad anual se despliega, surgen problemas de sonido e higiene que afectan a residentes y visitantes por igual.
El bullicio característico del Carnaval se ve amplificado en las estrechas calles de La Isleta, donde la reverberación de la música y el estruendo de las celebraciones trascienden los límites del disfrute festivo. Los residentes se ven afectados por el ruido constante, que interrumpe sus rutinas diarias y perturba la tranquilidad del vecindario.
"Tengo los chiringuitos en la puerta de mi casa"
Por Herrera en COPE Gran Canaria pasó una vecina afectada por los ruidos, la falta de limpieza y los botellones, además de la falta de civismo ciudadano- Purificación Rodríguez, vecina de la Plaza Belén María, nos comentaba que su situación es tan alarmante porque el escenario del Carnaval lo tiene a unos 20 metros y “los chiringuitos en la puerta de mi casa”. Relata que el pasado viernes, día de la Gala de la Reina, tuvieron que irse porque “vibraban todos los cristales”. Vive con su madre de 93 años y considera que es un “riesgo grave” sufrir tanto ruido que ya afecta a su tensión.
Se lamenta de que hayan tenido que irse de su vivienda a casa de unos amigos en el sur de Gran Canaria, pero le preocupa cuando llegue: “El martes regreso a mi casa porque el miércoles tengo que ir a trabajar y me despierto a las siete y media de la mañana”.
Advierte que el estruendo en su casa es tal, que vibran todos los cristales, incluso técnicos han pasado por ahí con un sonómetro, y los índices superan los 90 decibelios, “incluso con picos de 105”, que según el rango auditivo ya comienza a ser perjudicial para el ser humano, una situación que ya afecta a su salud: “Me genera nerviosismo, ansiedad, dolores de cabeza y llega un momento en el que se vuelve insoportable”.
La trasera de su vivienda se ha convertido en un baño público
Pero la cosa no se queda en los niveles de ruido superiores a la tolerancia humana, también nos avisa que tiene problemas de higiene. La trasera de su vivienda se convierte en un bajo y sus ventanas limitan con una calle sin salida que se ha convertido en “un baño público”, que debe soportar los orines de los carnavaleros, además del botellón que realizan en la calle. Asegura que había avisado al Ayuntamiento para que cierren con un vallado los extremos de la vivienda, pero nadie le hizo caso: “Nos dejaron abiertas la zona de los portales y los extremos de la calle, por lo que todo el mundo accedió a la vía dejando sus deposiciones”.
Incluso tuvo que salir a las tres de la mañana y hablar con la policía porque la situación ya era insostenible y exigirle que vallen la calle con el caso omiso de los agentes. Esta situación generó que al día siguiente fuese ella misma quien bajo su propia cuenta y riesgo vallara la calle.
Una situación lamentable a la que se tienen que enfrentar muchos vecinos de La Isleta y que, según nos cuenta, “ya no pueden más”.
Respuesta municipal
En respuesta a estas preocupaciones, se han propuesto medidas para abordar los problemas de sonido e higiene en el Carnaval de La Isleta. Esto incluye la implementación de horarios específicos para la música en vivo y la ampliación de los servicios de limpieza durante el período festivo. Sin embargo, se requiere una coordinación efectiva entre las autoridades municipales, los organizadores del Carnaval y la comunidad local para garantizar que estas medidas sean efectivas.