La asociación '¿Y ahora qué hacemos?, anuncia su disolución por "ineptitud" del Cabildo de Gran Canaria

La Asociación '¿Y ahora qué hacemos?', conocida por su incansable lucha en favor de los derechos sociales de los discapacitados mayores de 21 años que abandonan el circuito escolar, ha anunciado en Herrera en COPE Gran canaria su disolución. Así lo comunicó su portavoz Ruth Santana con Javier Benítez.

"Nos hemos rendido, nos han aburrido", lamentó Santana, notablemente afectada, "ya no podemos más". Nadie nos ha escuchado refiriéndose al cabildo de Gran Canaria y acusando a la consejera de Política Social de no haberse sentado jamás durante este mandado con ninguna familia, "seguimos esperando esa resolución de urgencia que se votó por unanimidad y que a día de hoy no se ha materializado en nada", se lamentaba la portavoz de la asociación.

"Nuestras reivindicaciones no han servido para nada"

La organización que había ganado notoriedad por sus protestas, sentadas, manifestaciones e incluso interrupciones de los plenos, asegura que no ha existido respuesta alguna, "hemos luchado con todo el desgaste emocional que esto implica porque también teneos que atender a nuestros familiares discapacitados, pero no nos hemos sentido atendidos ni escuchados. Asegura Santana que "No hemos perdido la batalla, hemos perdido la guerra," refiriéndose a los discapacitados y su integración en la sociedad.

La portavoz explicó que la frustración de la asociación radica en la falta de avances, incluso cuando se han presentado "hechos documentados que respaldan nuestras reivindicaciones, por ello considera que "están en un callejón sin salida, agotados porque la situación es moralmente insoportable"

Acusan a la consejera de política social de "opacidad"

La portavoz de la asociación, también lanzó fuertes críticas contra la consejera de Servicio Social, Isabel Mena denunciado la "opacidad" e incluso la infracción del IASS por no actualizar sus normas a las estatales, y la nula creación de recursos asistenciales, "nos hemos esforzado hasta el límite, pero nos hemos quedado solos, ya no sabemos que más hacer y mientras tanto las familias afectadas siguen esperando".

El fin de esta organización deja un vacío en la defensa de los derechos sociales en la isla, y evidencia la urgencia de que las instituciones tomen medidas efectivas para evitar que el desamparo y el agotamiento sigan venciendo a quienes luchas por un futuro más justo.