VIVIENDA

Se disparan los precios del alquiler en un barrio de Las Palmas de Gran Canaria

Este incremento se debe a proliferación de edificios destinados a viviendas vacacionales y a la falta de suelo público 

Carla Larrabeiti

Gran Canaria - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

      
      
             
      

Barrios como La Isleta o Guanarteme en Las Palmas de Gran Canaria son los más demandados para vivir, por su cercanía a la playa y por los servicios que ofrece. Tanto es así, que encontrar un alquiler asequible se hace muy complicado por la proliferación de edificios dedicados exclusivamente al alquiler vacacional y al turismo. 

En Herrera en COPE Canarias hemos salido a la calle para comprobar la transformación habitacional que está soportando La Isleta. Si caminas desde el Club Victoria, en Las Canteras, recto por la calle Juan Rejón hasta Manuel Becerra, hay al menos 15 edificios dedicados exclusivamente a la vivienda vacacional. Además, en ese tramo también podrás ver al menos 5 solares que están en construcción y que van a ser dedicadas en su mayoría a viviendas de promoción privada.

Una situación que está creando que cada vez sea más difícil conseguir un piso en alquiler convencional a un precio acorde a los sueldos que percibimos en Canarias. Para que nos hagamos una idea, el precio del alquiler en los últimos años se ha disparado en la capital, sobre todo en zonas como esta,  porque todo el mundo quiere vivir en un entorno de estas características.  

En un portal inmobiliario vemos como un bajo exterior, sin ascensor, en la calle Naval, de 68 metros cuadrados, te costaría alquilarlo 1.200 euros al mes. Pero es que uno de 31 metros cuadrados, en la misma calle, cuesta unos 800 euros, también bajo sin ascensor. ¿Y qué pasa en la calle Benecharo, que es otra calle que está en La Isleta? Pues que un piso de 62 metros cuadrados, con dos habitaciones, te costaría 1.050 euros al mes. Una situación que pone en relieve los problemas a los que se encuentra cualquier persona que quiera vivir en este barrio tan cotizado por los turistas y residentes.

Iván González, isletero y portavoz de Pacto Vecinal, cuenta que es algo que ha podido comprobar en los últimos años. “En la calle Juan Rejón, o sea, la principal, la más baja de La Isleta, te das cuenta de que toda la construcción en altura o va dirigida a vivienda privada, a construcción privada, o directamente a hoteles o apartamentos. Esto es un no parar”.

“Lo que nos chirría y lo que nos llama la atención es que, por seguir con el ejemplo de la fábrica del hielo, tiene participación municipal, lo cual va a tener dos entreplantas, dos oficinas que serán propiedad del propio ayuntamiento. Es curioso, ver y relatar los precios a los que está llegando un alquiler convencional en un barrio popular, por la proliferación de viviendas vacacionales y sobre todo la cantidad de vivienda cerrada”, añade.

      
             
      

Calle Juan Rejón, con construcciones nuevas dedicadas al alquiler vacacional y solares en construcción.

Insiste en que hay que “poner el foco directamente a quién da las licencias para la construcción de estos edificios de viviendas o de hoteles. Saber quién los da y quién a su vez quiere declarar zona tensionada. Yo ahí, es donde quiero dirigir la mirada y donde quiero dirigir el foco a esa hipocresía, donde se permite construir ocho plantas de vivienda vacacional, doce plantas de hotel, pero a la par voy a declarar zona tensionada a un barrio en el que no construyo una vivienda pública desde la Nueva Isleta”.

800 EUROS, POR UN PISO DE MENOS DE 50 METROS CUADRADOS

Iván González cuenta que son muchos los vecinos que por circunstancias se han tenido que mudar fuera de La Isleta y que ahora quieren volver y no pueden, porque no encuentran un alquiler asequible o casas disponibles para entrar a vivir.

¿Por qué no pueden volver a vivir aquí? Iván González relata que “esto se debe básicamente a los precios y después la desproporción de calidad-precio. O sea, te están ofreciendo, un piso de 800 euros, en la calle Taliarte, un edificio de los años 70, interior, en la segunda planta de 50 metros cuadrados. Esto es insostenible”.

      
             
      

Además, añade que no es solo lo que tienes que pagar cada mes, sino que hay que añadirle todo lo que tienes que anticipar para acceder a esas viviendas. En el caso de su hermana, Iván cuenta que aunque quiera volver a vivir en su barrio de origen, se queda en otro municipio porque “está todo carísimo”.

Concluye destacando que no cree que sería bueno para el barrio que la declaren como zona tensionada, porque no limitaría los precios de los alquileres.