El enfado de una enfermera por el comportamiento irresponsable de algunos padres

El comportamiento insolidario de muchos padres este domingo no respetando las distancias de seguridad o permitiendo que sus hijos jugaran en grupo con otros, ha provocado indignación en una gran parte de la sociedad, después de 44 días oficiales de confinamiento provocado por el coronavirus.

Aunque afortunadamente este comportamiento no ha sido mayoritario y, en general, las normas se han respetado, esa imagen insolidaria y poco cívica se ha producido por todo el país. Y ha tenido una reacción contundente y masiva en redes sociales, como la que nos ha dejado Judith, una enfermera del Servicio Canario de la Salud.

El domingo, como ella misma cuenta, se despertaba ilusionada, ante la posibilidad de ver a sus hijos y poder pasear con ellos por primera vez, tras el inicio del confinamiento. Por su profesión y responsabilidad, decidió que era lo mejor para su familia, vivir separados para evitar que se contagiasen.

En su barrio, la respuesta de la gente fue positiva, porque mantenían la distancia de separación y los niños jugaban por separado, pero estando allí, comenzó a recibir mensajes que la indignaron ante lo que considera la falta de responsabilidad en este país, que califica de vergonzosa.

Recordaba que “llevamos encerrados más de un mes y tanta solidaridad, tanto aplauso, ¿para qué?, no hemos aprendido nada, estoy muy indignada”. Se queja de la falta de civismo y que “seguimos siendo los mismos egoístas de antes, no hemos aprendido nada”.

Hacía referencia además a todos los colectivos que han estado trabajando durante el confinamiento, como policías, personal de supermercados o limpieza, “todos los que han estado dando el cayo por todos nosotros, ahora, ¿de qué ha servido?. Nos dejais con una indignación tan grande que me quedo sin palabras, es vergonzoso”.

En el vídeo, Judith, visiblemente indignada, aseguraba que se le quitan las ganas de ir a trabajar y “jugarme el pellejo por ustedes, irrresponsables, mantengan la distancia que no se pide mucho. Mecachis en la mar”, apostillaba.