Sin ellas no hay café: el papel esencial de las mujeres en el Valle de Agaete
El café crece entre árboles frutales y tradiciones centenarias, cultivado con dedicación por las mujeres que lo han convertido en legado.

Café de Agaete
Gran Canaria - Publicado el
2 min lectura
A la sombra de naranjos, mangos y aguacateros, en el fértil y pintoresco Valle de Agaete, crece uno de los cafés más singulares del mundo. Su producción es escasa apenas 1.500 kilos al año y su cultivo se transmite como herencia viva entre generaciones. Pero lo que muchos desconocen es que este café tiene rostro de mujer.
Un duro trabajo
Marusa Dámaso es una de esas guardianas del café. Su testimonio es el reflejo de una tradición sostenida por mujeres que, con esfuerzo y conocimiento, cuidan y perpetúan este cultivo centenario en la isla de Gran Canaria. “Cuidamos nuestros árboles, cogemos el café cuando está para cogerlo y en casa hacemos todo el proceso: limpiarlo, fermentarlo, secarlo, almacenarlo en el pergamino y, cuando toca, tostarlo y empaquetarlo”, ha contado Marusa en los micrófonos de Herrera en COPE Gran Canaria. Un trabajo exigente que se repite año tras año.
Aunque los hombres también colaboran, Marusa lo deja claro: “En todas las fincas hay mujeres que son las protagonistas. Somos las que más trabajamos en esto. Sin las mujeres no habría café de Agaete”. Mientras muchos se marchan a sus empleos, ellas permanecen en el campo, sosteniendo la tradición.
En todas las fincas hay mujeres que son las protagonistas. Somos las que más trabajamos en esto. Sin las mujeres no habría café de Agaete
El café de Agaete, afirman quienes lo cultivan, es mejor tomarlo solo y amargo. Su sabor refleja no solo las características únicas del terreno, sino también la dedicación y el esmero de quienes lo cultivan. A pesar de su calidad, la falta de agua es un reto constante. “El cafetero necesita agüita, como antiguamente, cuando siempre había agua”, lamenta Marusa.
No todo el mundo puede coger café
No cualquiera puede cultivar este café. “Yo nací con el estudio del café”, dice. Desde joven trabajó en fincas y plataneras, pero fue con la formación de expertos de fuera de la isla que aprendió a perfeccionar el proceso, demostrando que tradición y técnica pueden convivir para mejorar el producto.
Yo nací con el estudio del café
Este legado femenino será homenajeado en la próxima jornada dedicada a las mujeres del café en el propio valle. El evento incluirá catas, talleres, charlas y la exposición ‘Mujeres en el café de Agaete’, una muestra fotográfica de Nacho González Oramas que recoge las historias de más de veinte mujeres cafeteras.
Una cita para reconocer, por fin, a las verdaderas artífices del sabor más auténtico de Agaete.