Las Palmas de Gran Canaria pone en valor en FITUR su apuesta por el turismo urbano

Las Palmas de Gran Canaria ha traído todo el calor y la alegría del carnaval a Madrid, coincidiendo con la celebración de la Feria Internacional de Turismo, FITUR, que este miércoles ha abierto sus puertas en el Campo de las Naciones.

La promoción del carnaval es visible con una tremenda lona situada en plena Gran Vía en donde podemos ver a la Drag Vulcano. La que es una de las calles más concurridas de la capital ha sido la pasarela por la que los drags han promocionado en la ciudad el lado más transgresor de las principales fiestas de la ciudad, animando a sus habitantes para que dejen atrás estos días tan fríos en la peninsula y viajen a disfrutar de la capital grancanaria y todo lo que tiene que ofrecer.

El alcalde, Augusto Hidalgo, ha estado en los micrófonos de COPE Canarias poniendo en valor la importancia del carnaval como polo tractor de visitantes, pero también la apuesta que ha hecho la ciudad por el turismo urbano.

Apuesta que se ha consolidado con los 25.000 visitantes que se registran cada mes y que tienen un perfil diferente a quienes vienen a Canarias buscando sol y playa. La ciudad ha recuperado y mejorado las cifras que presentaba antes de la pandemia, con 1.300.000 pernoctaciones. Tiene una planta hotelera con cerca de 7.000 camas y también destaca las camas del alquiler vacacional, que suponen un 20 % del total de la oferta.

Estos turistas se alojan en algunos de los 20 establecimientos hoteleros que en los últimos años han abierto en la ciudad. Aperturas que han sido posibles gracias al cambio realizado en el aprovechamiento urbanístico del casco histórico mediante el que cualquier edificio podía convertirse en hotel-boutique.

Hidalgo ha destacado la claridad normativa que tiene actualmente la ciudad y que supone un atractivo más para los inversores. Precisamente esa claridad es la que echa en falta en el planeamiento de las zonas turísticas del sur. El alcalde de la capital grancanaria cree que ahí se encuentra la causa del problema que se ha generado con la residencialización en zonas turísticas, porque la norma no acaba de definir qué se puede hacer y que no.

Cree que el cabildo debe apoyar a los ayuntamientos para clarificar la situación que pasa por delimitar unos usos turísticos claros. Algo que ya se ha puesto en marcha en zonas como San Agustín y Las Burras.