SOCIEDAD
Llega a Gran Canaria huyendo de la guerra de Ucrania el primer caso de un niño con cáncer
La Fundación Pequeño Valiente recibió a la familia de ucranianos y a Alexander, menor de 3 años, que llegó en la noche del lunes, después de 10 días de expedición humanitaria
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Alexander y su familia, llegaron en la noche del lunes a la isla de Gran Canaria en la expedición humanitaria organizada por el ayuntamiento de Vega de san Mateo. En dicha ruta llevaron en 5 convoyes material humanitario para Ucrania, a la frontera de Polonia. De regreso trajeron a 8 personas ucranianas, entre ellos esta familia, para proporcionarles una vida mejor.
Alexander es un niño de 3 años, que superó un cáncer y que ahora pasará sus revisiones en el hospital Insular Materno-Infantil de Gran Canaria. Es por eso, que la Fundación Niños con Cáncer Pequeño Valiente no dudó en recibirlos con los payasos voluntarios en el puerto de La Luz.
José Jerez, el presidente de la organización aseguró que desde el primer momento que el alcalde se puso en contactos con ellos y les contó la situación de Alexander, “no dudamos en ir a recibirlos”.
En COPE Canarias destaca que “fue el momento más emotivo que ha vivido en todo este tiempo que he estado en la fundación”.
José Jerez: “El niño vino animado, los payasos de Pequeño Valiente también le hicieron reír. Sus padres y su hermana estuvieron muy cariñosos con nosotros y ya vamos a empezar a atenderlo porque este niño tiene que estar en revisiones en el Materno. Afortunadamente ya tienen alojamiento, que es lo más complicado y ahora hay que hacer todo el papeleo para tratarlo en el centro hospitalario”.
“Al padre le dije que le podríamos buscarle un trabajo, pero nos dijeron que cuando se asiente, estaremos para ayudarles, ya que el cáncer no entiende de países, nacionalidades ni personas”, aseveró.
Asegura que todo el equipo que fue a recibir a esta familia se quedó muy tocado, por la vitalidad y la felicidad con la que habían llegado, a pesar de la dureza del viaje.
“Alexander, que tiene 3 años, venía súper alegre y todo el equipo se quedó tocado. Nos dejó así porque vienen de un momento muy duro y los ves muy alegres. Porque conoces que vienen de un sitio donde han perdido su casa, donde sus padres pierden su trabajo, su vida entera y encima vienen con una enfermedad de su hijo”, concluye.
Ahora toca que les registren como refugiados de guerra para que puedan acceder al derecho a la sanidad pública y puedan comenzar una nueva vida en Gran Canaria.