Adán, en silla en ruedas, lleva 10 años denunciando el mal estado de las aceras de su barrio: “Me he caído varias veces”
Asegura que ha enviado escritos al Ayuntamiento sin respuesta alguna

Adán Ortega
Gran Canaria - Publicado el - Actualizado
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En la Isleta, uno de los barrios más pintorescos, emblemáticos y populosos de la capital, hay rincones que invitan al paseo, no obstante, según tus circunstancias, este camino se puede convertir en una trampa para quienes lo transitan.
El paseo de los Nidillos, con su adoquinado “muy irregular” ha dejado de ser un espacio par esparcimiento para convertirse en una amenaza cotidiana para Adán Ortega, vecino del barrio, discapacitado y con problemas de movilidad, debe ir en silla de ruedas, y que en muchas ocasiones, este paseo se ha convertido en una pesadilla porque ha visto peligrar su integridad física.

Ádán Ortega
supone un riesgo para su integridad física
En Herrera en COPE Gran Canaria, ha asegurado que en más de una ocasión se ha caído, por lo que ha tenido que ir por otro camino que también le ofrece inseguridad. “Ir por la parte interior, me implica subir y bajar aceras y esto es incluso más peligroso”, asegura.
Adán no es ajeno a la lucha vecinal, incluso hace una década denunció la situación con un escrito al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, pero nadie le ha contestado, “plantee la posibilidad de que instalaran un carril bici, un paseo algo más liso, pero jamás me respondieron”, apunta con incredulidad y resignación.
El ayuntamiento no me ha hecho caso
No obstante, no renuncia porque reconoce que seguirá insistiendo “hasta que me hagan caso”. Adán asegura que las barreras arquitectónicas no le suponen un freno para su deseo de salir de su vivienda, “Afortunadamente vivo en un bajo y no tengo problemas, pero sí me gustaría poder pasear por un lugar con vistas como es el paseo de Los Nidillos”.
La queja de Adán no es un caso aislado, Juan Carlos Hernández, presidente insular de COCEMFE (Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica) denuncia que el paseo es un “ejemplo palpable” de la falta de diseño universal con las actuaciones municipales, reconoce que el “pavimento es irregular y de mala calidad” advirtiendo que incluso él mismo ha estado a punto de caer mientras hacia running.
"las ciudades se convierten en auténticas cárceles para las personas con movilidad reducida"
Su crítica apunta directamente a las decisiones técnicas que, bajo el pretexto de lo estético “olvidan lo funcional, los técnicos piensan en algo bonito, pero no sirve”, asegura con preocupación, añadiendo que “se ha conseguido que el Código Técnico de la Edificación recoja medidas de accesibilidad, pero está claro que este espacio no las cumple”, por lo que la confederación ya baraja una denuncia formal.
Hernández reconoce que “ha habido avances en mobiliario urbano, todavía queda mucho por hacer”, asegurando que “los espacios urbanos cada vez son más espacios públicos inaccesibles”, y no solo esto, “muchas viviendas son auténticas cárceles para las personas con movilidad reducida” advierte.
una ciudad habitable es una ciudad integrada
El paseo de Los Nidillos es solo una de las muchas cicatrices urbanas que ponen en evidencia las carencias que en materia de accesibilidad existen en nuestras ciudades. Las palabras de Adán y Juan Carlos no son lamentos aislados, son una llamada urgente a la atención de un colectivo que se siente cada vez menos integradas a pesar de las manifestaciones de los poderes públicos, asegurando que estos colectivos necesitan atención especializada.
En definitiva, hay que tener en cuenta que la accesibilidad no es un lujo, se trata de un derecho y la ciudad, para ser verdaderamente habitable, debe serlo para todos.