Alarma entre los científicos canarios por la aparición de un alga invasora muy dañina para el ecosistema

Después de la microalgas, llega la Rugolopteryx Okamurae, de gran biomasa y viscosidad, con un olor desagradable y que supone un serio problema en nuestras playas

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Tras lo ocurrido en la presente semana con el retorno de las microalgas a al litoral tinerfeño, una nueva amenaza podría llegar a las playas de nuestra isla. La preocupación es latente entre los científicos canarios después de la llegada a al archipiélago de la Rugolopteryx Okamurae, una especie de alga invasora procedente de Asia, cuyos daños sobre la flora y la fauna autóctonas son notables y además de provocar importantes daños sobre la actividad pesquera.

Esta especie de alga, que se caracteriza por su gran biomasa, su viscosidad y su desagradable olor, fue encontrada por primera vez en España en la zona del estrecho de Gibraltar, en algunas playas andaluzas y en Ceuta hace algunos meses. En el mes de julio llegó a Gran Canaria, donde se ha detectado su presencia en Las Palmas, concretamente cerca del puerto de La Luz y en la zona de La Puntilla. Por el momento no ha llegado a Tenerife, pero los expertos creen que estando ya en Gran Canaria, “es cuestión de poco tiempo que llegue a las demás islas”

En este contexto, el director del Instituto Universitario de Acuicultura Sostenible y Ecosistemas Marinos de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria Ricardo Haroun, ha destacado hoy en La Mañana de COPE Tenerife que “es importante que estemos en alerta y evaluemos lo antes posible hasta donde puedes llegar y que repercusiones puede tener este alga”. Haroun ha dejado un mensaje muy claro: “Queremos lanzar una voz de alarma a la instituciones públicas para buscar las soluciones convenientes cuanto antes”.

Y es que, tal y como ya se podido comprobar en algunas localidades andaluzas el daño ecológico y social es muy importante, básicamente porque “asfixia las especias autóctonas, y lo grave es que no hay ningún animal que las utilice en su alimentación con lo que su control es muy difícil”.

Según explica el científico, estas algas tienen “una biomasa importante que cubre las playas por completo, lo que obliga a unas labores de limpieza muy importantes por parte de los ayuntamientos”. Pero lo peor no acaba aquí, ya que “el tacto y el olor no son nada agradables por que van fermentando, y si llegaran a la Playa de las Teresitas por ejemplo, pues sería un problema importante y habría que cerrar la playa al baño”.