SANIDAD

Los pediatras canarios piden tranquilidad ante la aparición de casos de hepatitis infantil en la península

Aunque no hay ningún caso en Canarias, el presidente de la Sociedad Canaria de Pediatría pide no colapsar los servicios de urgencias pediátricas con cuadros gastrointestinales

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Tranquilidad. Ese es el mensaje que ha querido enviar el presidente de la Sociedad Canaria de Pediatría Luis Ortigosa, hoy en La Mañana de COPE Tenerife, ante la aparición de hasta 220 casos de hepatitis infantil de origen desconocido en todo el mundo, 22 de ellos en España, aunque ninguno en Canarias.

El prestigioso pediatra tinerfeño quiso destacar que esta hepatitis, cuenta “con muy pocos casos hasta la fecha”, ya que hay “poco más de 200 en casos en todo el mundo”, por lo que insiste en que “esto no es una epidemia ni un brote grave”.

En cualquier caso, sí confesó que, en cuanto al origen, “por ahora no se sabe y solo hay hipótesis”, aunque “hay datos que apuntan a un adenovirus, pero hay que tener en cuenta que hay más de 200 adenovirus que suelen traer cuadros leves, tanto gastrointestinales como catarrales”.

Ortigosa aclaró que los primeros síntomas son “diarrea, vómitos, fiebre y así debuta esta hepatitis”, pero que la aparición por sí solo de estos síntomas “de forma sibilina” no debe generar alarma, porque son compatibles con otros cuadros mucho más leves, y por tanto no son suficientes para acudir a los servicios de Urgencias. A lo que hay que estar realmente atento, es a cuando a esos primeros síntomas, se unen “la ictericia, es decir, la aparición de un color amarillento en los ojo, en las conjuntivas o en la piel, y también que las cacas tengan un color más claro y la orina un color más oscuro parecido al te”. En este caso, sí nos podríamos encontrar ante una hepatitis, “ y entonces, sí hay que consultar inmediatamente en su centro de salud”

Cuestionado sobre la posibilidad de que el uso continuado de mascarillas y el confinamiento durante la pandemia, hayan podido afectar al sistema inmunitario de los niños, el prestigioso pediatra contentó con una negativa rotunda. “Para nada, las mascarillas no bajan las defensas”, replicó, añadiendo que “solo impiden la trasmisión de determinados virus por vía respiratoria, como el coronavirus, y la prueba es que no hemos visto circulación de virus de gripe”. Ortigosa fue tajante afirmando que “las mascarillas no debilitan el sistema inmune de los niños, eso es falso. Los niños tienen un sistema competente de inmunidad que se va reforzando con vacunas, contra la paperas, el sarampión o la difteria y no se ve afectado por el uso de mascarillas”.