Las 5 claves del preacuerdo Garrido-Rayco para rescatar al Tenerife

Desde hace semanas se cuece la posibilidad de que Rayco García y José Miguel Garrido reabrieran las negociaciones. Acorralado por los resultados y la falta de apoyos, el máximo accionista sabe que su mejor opción es vender, obtener el mayor beneficio posible y pensar en su próximo proyecto.

En el caso del empresario tinerfeño, conoce la debilidad deportiva del Tenerife y no quiere ponerse de perfil. Por eso viajó a Londres la pasada semana para sentarse a negociar.

Las condiciones. Después de largas conversaciones se ha alcanzado un punto de encuentro: la cantidad es similar a los 12 millones que ofrecía inicialmente el comprador. Pero ahora quedará condicionada a la categoría en la que militará el Tenerife en futuras temporadas. El descenso abarataría la operación. Un hipotético ascenso futuro supondría una variable al alza para el vendedor.

Lo que falta. En este tesitura solo queda un condicionante por cumplir: la aprobación de Miguel Concepción, Amid Achi y Conrado González. Y aquí está el último escollo por salvar. Fuentes de la parte tinerfeña del sindicado se refieren a cantidades pendientes de pago por parte de Garrido, a las que no están dispuestos a renunciar, como el asunto a solventar.

Las facilidades de Rayco García. Y en esa parte no ha podido poner más facilidades el empresario tinerfeño, que ya ha aceptado subrogarse a un acuerdo que no firmó y aceptar todas las condiciones del sindicado. Incluso, las obligaciones futuras. Entra en este apartado, por ejemplo, esa prima en caso de ascenso a Primera que percibirían sus nuevos socios.

La hoja de ruta. Es de suponer que la junta del próximo martes 17 alumbrará ya la posibilidad de una nueva etapa. Como ha contado Deportes Cope Tenerife, ese día tomará la palabra Rayco García para explicar los motivos que le han llevado a dar el paso de entrar de forma importante en el accionariado del club, así como las líneas maestras de su visión sobre el funcionamiento del mismo.

Los plazos. Para entonces se espera una respuesta afirmativa de los sindicados tinerfeños. Y si no, el 31 de diciembre es la fecha de caducidad de esta compleja operación. A la plantilla, a través de los capitanes, se le ha transmitido confianza y se le ha pedido “paciencia” para que la situación cambie. “Dos semanas”, han repetido los interlocutores válidos.