CD TENERIFE

La salida de Juan Guerrero del CD Tenerife, una posibilidad a fuego lento

Solo la junta de accionistas puede destituir al consejero del área deportiva

Juan Guerrero y Yann Bodiger

Cristian García

Tenerife - Publicado el

2 min lectura

      
      
             
      

Juan Guerrero está en el ojo del huracán. Desde hace semanas hay en el CD Tenerife quienes consideran que su salida es necesaria. De hecho, el presidente Paulino Rivero volverá este miércoles a la actividad del día a día con la firme intención de convocar una reunión del consejo de administración en la que se aborde, entre otras cosas, este asunto.

Se considera que el daño reputacional que está sufriendo la entidad blanquiazul debe ser abordado con urgencia y que las medidas no pueden detenerse en el comunicado de hace quince días ni en las acciones ante la plataforma X que se llevaron a efecto. Se han traspasado “todas las líneas rojas”, dicen desde el entorno del presidente. “No podemos mirar hacia otro lado”.

Y en este sentido, la cercanía de Guerrero al intermediario Aitor Ramírez no ha hecho un favor al primero. Sacado a la luz el documento que demostró que el segundo tenía autorización suya para representar al CD Tenerife, las alarmas se encendieron en las oficinas del Heliodoro. También allí donde los accionistas extrasindicado operan.

De momento, es seguro que la idea pasa por debatir sobre la participación del consejero deportivo en algunas situaciones que se entienden poco edificantes para el club. Pero hay quien plantea ir más allá y pedirá que se le aparte de sus funciones hasta que se le pueda destituir como consejero. Y es que un cambio en el órgano rector de la entidad solo puede quedar ratificado en una junta de accionistas.

El plan pasaría por que Guerrero dejara de 'mandar' en el área deportiva y no representara al club en negociación alguna hasta que su salida fuera efectiva. Como cuota de José Miguel Garrido en el consejo, este tendría que dar su consentimiento. La duda está en saber si aceptará sacrificar a un peón para ganar tiempo o se producirá una negativa que haga crecer la tensión.

Mientras, Rosa Dávila se mantiene firme en su deseo de cambio. La presidenta del Cabildo, que no habló con Paulino Rivero al respecto por la presencia de Santiago Pozas en la reunión desarrollada el pasado lunes, quiere que salga Garrido. Y es que el director general y consejero tampoco es visto con buenos ojos por la parte tinerfeña del club. En las próximas fechas se producirá otro encuentro entre accionistas para analizar los siguientes pasos a dar.