CD Tenerife

El Tenerife se desploma en el Heliodoro

El 0-1 del Zaragoza dejó fuera de brega a un Tenerife irreconocible.

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Se reencontraba con la afición el CD Tenerife, para intentar borrar la estadísticas de victorias en los últimos partidos (1 de 6) e intentar alejar los fantasmas del arranque de temporada.

Salieron los blanquiazules a intentar buscar el gol a tener balón y a desactivar a un Zaragoza que se plantó con tres centrales. La primera del encuentro llegaba en el minuto cuatro, en un centro de José León que fue rematado arriba por Enric Gallego.

Ganaba espacio en las bandas, con las internadas, sobre todo en la de Mello, que iba a poner un centro en el minuto ocho, al área, para que rematase Sipsic a las manos de Cristian. Seguían los blanquiazules en la lucha por buscar la meta maña, ésta vez por el carril de Nacho que buscó un centro al remate de Iván Romero, que se iba al lateral.

El Zaragoza intentó desperezarse en ataque transcurrido el minuto diecisiete. Ahí, un balón al áre, fue rematado por el ex blanquiazul Mollejo, cerca del palo largo de Soriano. El Tenerife seguía intentando controlar el peso del partido y buscar la velocidad en ataque. Una jugada larga en el minuto veintiuno, pudo dejar el primer gol del partido. Teto se zafaba de la presión maña para jugar al costado de Mellot, éste puso un centro al área que remató Gallego y se encontró, otra vez, Cristian.

Relamiéndose el Tenerife de la ocasión perdida, llegó el mazazo con el tanto del Zaragoza. Centro de Larrazabal desde la derecha que no acertó a despejar nadie dentro del área, Vada remataba prácticamente solo, para poner al Zaragoza por delante. Primer tanto en liga del ex blanquiazul que pidió disculpas al Heliodoro por el tanto.

Jarro de agua fría que iba a sentir y mucho el Tenerife que se descolgó del partido para perder el rumbo y la posesión del balón. El Zaragoza intentó algún acercamiento, eso sí lejano, al área de Soriano al que no inquietaba demasiado.

El Tenerife tuvo el empate en un córner que remató en él área pequeña Gallego. Su remate muy centrado fue atrapado por Cristian.

No le gustaba al respetable lo que veía y muchos minutos se convirtieron en pitos al equipo. El Tenerife no daba con la tecla, un equipo sin intensidad ni claridad en la salida.

Lo intentó Mo Dauda desde la frontal en un disparo que, una vez más, se fue blando a las manos del guardameta. Cinco minutos restaban para el descanso y se veía venir la pitada del Heliodoro a los suyos.

Una primera parte que tuvo sensaciones buenas en los primeros compases para los blanquiazules, pero que se quedó en nada tras el gol del Zaragoza.

El comienzo del segundo acto no cambió demasiado al término del primero. El Tenerife salió como habitualmente lo hace, sin demasiado ímpetu para buscar alguna acción positiva. El Zaragoza se acercó al área de Soriano, afortunadamente sin crear peligro. Transcurrido en minuto cincuenta, Mo Dauda disparaba dentro del área, el rechace del guardameta Cristian no encontró segundo remate y el Zaragoza evitó el empate. Sóleo dos minutos más tarde, un error garrafal estuvo a punto de acabar en el segundo tanto del Zaragoza. Sipsic jugaba con Soriano, al cual no le ofreció una salida fácil, la mala entrega del pase pegó en Giuliano Simeone y se fue al poste.

Lejos de reaccionar, el Tenerife no asediaba él área de Cristian, no tenía alma en el centro del campo y ni los cambios de Ramis surtían efecto. Un córner en el diecinueve de la segunda parte, fue rematado por Simeone, pero se encontró con un paradón de Soriano.

El Tenerife lo intentó en una jugada que iba a ser desgraciada. Pidió penalti sobre la internada de Dauda el Tenerife. El colegiado dijo que no hubo nada y el Zaragoza aprovechó a un descolocado Tenerife, para que Vada se plantase en el mano a mano con Soriano para batirle al palo largo (0-2).

El Tenerife se desplomó, el equipo perdió la fe en poder sacar algo positivo en el Heliodoro, en un encuentro en el que estuvo vivo hasta el 0-1. Los cambios de Ramis no surtieron efecto, el equipo venía a peor y el desespero en la grada era latente.

Los blanquiazules saldrán el próximo Miércoles a Miranda de Ebro, para enfrentarse al Mirandés e intentar cambiar el rumbo de las últimas derrotas en Liga.

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