452 años de la muerte de los mártires de Tazacorte

La dos diócesis canarias recuerdan cada 15 de julio el martirio de Ignacio de Acevedo y otros 39 compañeros jesuitas. La Iglesia los recuerda como los mártires de Tazacorte, porque fueron asesinados en aguas próximas al pueblo, según monseñor Guillén, obispo de Canarias, "a vista del puerto".

Ignacio de Acevedo, provincial de la Compañía de Jesús, embarcó en 1570 desde Portugal con rumbo a Brasil. El capitán del barco les advirtió de que los mares de Canarias estaban infestados de piratas calvinistas, los cuales profesaban gran odio a la Iglesia católica, pero esto no impidió en modo alguno que estuviesen preparados a ofrecer su vida a Jesús.

Frente a la costa de Tazacorte, los piratas abordaron la nave y prometieron a los religiosos que, si abandonaban la fe, les perdonarían la vida. Pero ellos, animados vehementemente por Ignacio de Acevedo, se exhortaban mutuamente, con oraciones fervorosas, a entregar su vida por Cristo Crucificado. Por eso, por odio a la religión, los herejes descuartizaron sus cuerpos y los arrojaron al mar. El último en confesar la fe fue Ignacio, que padeció el martirio sosteniendo un cuadro de la Bienaventurada Virgen María, que le había regalado el Sumo Pontífice Pío V.

En esta ocasión, se conmemora el 452 aniversario de esta señalada fecha. Por tal motivo, la iglesia de San Miguel de Tazacorte acoge a las 19:30 horas la eucaristía en su honor y, posteriormente, la procesión con la imagen del beato Ignacio de Acevedo.

El párroco de esta comundiad, Jorge Concepción, ha invitado a todos los sacerdotes de Canarias a celebrar este día en la misa y animando a los fieles a orar pidiendo la intercesión de los beatos mártires. "En estos años sombríos por la pandemia y ahora en este Valle de Aridane, el volcán, el testimonio firme de Ignacio de Acevedo y sus compañeros, deben infundirnos una gran confianza en Dios", indicó Concepción

La imagen que se venera en la iglesia de San Miguel se trajo en 1949, año del volcán de San Juan. Por ello, igual que los mártires, la imagen tuvo que venir a Tazacorte por mar, porque la lava había cortado la carretera que unía el Valle con Santa Cruz de La Palma. Por no haber llegado la imagen en las fechas de la festividad, 15 de julio, la bendición y entronización se aplazó al 24 de julio.

Además, cabe señalar que los beatos sufrieron el martirio en la zona cercana a donde llegaron las coladas volcánicas.