Diócesis

Damián Iguacen: un obispo a imagen del Buen Pastor

El prelado más longevo de la Iglesia falleció este 24 de noviembre en Huesca

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Un repaso por la vida de Damián Iguacen en primera persona

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El obispo emérito de Tenerife, Damián Iguacen, ha fallecido este 24 de noviembre con 104 años, en la residencia de Huesca donde era cuidado por las Hermanitas de los Ancianos Desamparados.

Los recuerdos pervivían en la mente de monseñor Iguacen con una nitidez asombrosa. Era capaz de rememorar su vida deteniéndose en los detalles y conectando sus experiencias siempre a la luz de Cristo. Su ordenación como sacerdote era, sin lugar a dudas, uno de estos recuerdos grabados a fuego. “Después de mi bautismo, considero que ha sido el día más grande de mi vida. Que el Señor se fije en uno para ser ministro de su Evangelio te confiere otra entidad. Es algo muy grande”, señalaba.

El prelado emérito escribió varios comentarios sobre advocaciones marianas. Algunos de ellos fueron reeditados debido a la gran aceptación que tenía. Así ocurrió, por ejemplo, con dos pequeños comentarios sobre las advocaciones marianas de Santa María del Buen Humor y Nuestra Señora del Silencio. En ellos, el obispo emérito de la Diócesis Nivariense hacía hincapié, por un lado, en la importancia que tiene para el cristiano afrontar la vida sin acritud y, por otro lado, la necesidad de hacer silencio para encontrarse con uno mismo y con Dios. “Un cristiano no puede estar de mal humor, encarando todo desde el mal genio y desde el pesimismo, porque Jesús dice: ‘Confiad hijos míos, yo he vencido al mundo'. Por lo tanto, si ese mundo enemigo del Señor, del bien, de la justicia, está vencido, es que no tiene futuro. Este convencimiento es el que nos debería reportar el buen humor. No significa, sin embargo, que las cosas no nos importen, sino que ningún suceso es definitivo”, indicaba Iguacen.

En cuanto al silencio, don Damián señalaba que este aspecto lo relacionamos habitualmente, de forma equivocada, con no hablar. “El silencio es saber hablar a su tiempo”, matizaba. “Es importantísimo guardar silencio para hablar cuando se debe y sabiendo lo que se dice”.

En otra ocasión, Damián Iguacen durante una entrevista afirmaba considerarse un gran optimista: “Gracias a Dios lo soy. El creyente, necesariamente, tiene que ser optimista. Tiene que ver lo bueno que hay y lo malo que hay convertido en bueno porque el mal no es una fatalidad, lo podemos eliminar con el bien”. “Que todo esto sea expresión de alegría interior. El Señor nos quiere contentos, alegres, no bullagueros, sino con la alegría del gozo de vivir bien con Dios y con todo el mundo. Por eso la alegría es un signo cristiano”.

El propio Damián Iguacen Borau, en una entrevista que realizó Juan Luis Calero difundida por el departamento de Comunicación de la Diócesis Nivariense con motivo de la celebración del bicentenario de la Diócesis, rememoraba su paso por esta Iglesia particular entre 1984 y 1991. "Recuerdo con mucho cariño y mucho afecto esa época". "No me ha quedado ningún detalle malo o negativo de aquella etapa. Tenía claro mi objetivo: aquí estoy para darme a los demás, si enfermo, pues enfermo, y si muero, pues muero… pero siempre dándome". Por eso, señalaba a los diocesanos: "Que se entreguen a los demás, que su vida no sea una vida de egoísta y vivir yo sino para los demás; darnos. No hay amor más grande que dar la vida ya se esté soltero, casado, consagrado… Lo importante es dar la vida y no vivir para mí, sino para los demás", y esa ha sido su ilusión, reconoce.

En defintiva, partió a la casa del Padre un pastor que ha dejado una honda huella tras su paso por estas canarias occidentales. “Nuestro tiempo es este. El presente, porque el futuro tampoco está en nuestras manos. El plan de Dios quiere que aquí, ahora y con estos, seamos buenos y hagamos todo el bien que podamos. En vez de criticar el mal deberíamos ver qué podemos hacer nosotros para remediarlo. El Señor nos lo recuerda ‘mi corazón triunfará’".

Herrera en COPE

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Con Carlos Herrera

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