Educación, valores y pintadas en la sede del PSOE en La Laguna
Escucha ya el editorial de Guillermo García en La Mañana de COPE Tenerife
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Miren hace tiempo que vengo diciendo que no me gusta para nada el ambiente de crispación, que veo en general en el ámbito político, ya sea en el escenario nacional, regional o local. El debate con argumentos y la búsqueda de soluciones han dado paso , a una verborrea agresiva cuyo único fin es destruir al adversario político, especialmente en el caso de los extremos de este particular y bélico tablero ajedrecístico.
Y viene esto a colación, porque este fin de semana, han vuelto aparecer una seria de pintadas ofensivas, en la sede del PSOE de La Laguna. “Canarias antirracista” y “PSOE culpable” son algunas de las lindezas que estos salvajes dedican al que no piensa como ellos. Es la cuarta vez que esto ocurre en los últimos seis meses. Es la cuarta vez que unos intolerantes vomitan el odio que llevan dentro, fisicamente sobre la sede de un partido político, que me da igual el que sea, como seguramente lo hacen a diario en las redes sociales.
Unos hechos, que han enfadado cómo y de qué manera, hasta al siempre tranquilo y moderado, alcalde de La Laguna, Luis Yeray Gutierrez….
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Miren les voy a ser sincero. Con esta suerte de kale borroka que esta jaleando los partidos extremistas, los de ultraderecha y los de ultraizquierda, lo único que vamos a lograr en una escalada de violencia y de enfrentamiento. Las redes sociales de algunos políticos son una auténtica vergüenza, desde el momento en que fomentan este tipo de comportamientos, que en una sociedad democrática no deben tener cabida. Cual líderes de la revolución, se llama a destruir al adversario, a acabar con él en nombre de un supuesto espíritu democrático que se prostituye de forma permanente con discursos y acciones como estas.
Lo que ha pasado en La Laguna es fruto del adoctrinamiento que reciben algunos jóvenes, y de la falta de educación verdaderamente democrática en España. Aquel espíritu de reconciliación que tanto bien hizo en la transición, se ha trocado en ánimo de revancha, se ha ha cambiado por un renacer de una guerracivilismo que habíamos enterrado tras los consensos del 78 y que a algunos les conviene recuperar por intereses políticos.
De la concordia, hemos pasado al enfrentamiento, de la palabra al exhabrupto. Del diálogo a la acción callejera.