Las abogadas de la Red Insular de Violencia de Género en Tenerife denuncian precariedad en un día clave contra la violencia machista

En el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, las abogadas de la Red Insular de Violencia de Género en Tenerife han alzado la voz contra una paradoja alarmante: las profesionales que defienden a las víctimas de violencia machista enfrentan condiciones laborales que ponen en riesgo la calidad de su trabajo y su bienestar personal.

“Es indignante que, mientras las instituciones se llenan la boca hablando de la importancia de luchar contra la violencia de género, quienes estamos en primera línea trabajemos en estas condiciones”, denunció Aymara Calero, abogada y representante sindical de la Red Insular de Violencia de Género.

Calero describió escenarios que reflejan el abandono institucional: oficinas sin salas de espera, mobiliario en mal estado y falta de privacidad para atender a mujeres en situaciones críticas. “En la oficina de San Miguel, las usuarias tienen que esperar en una plaza porque no hay sala de espera. Esto no solo afecta nuestra labor, sino también la dignidad de las víctimas”.

A esto se suma el problema de los salarios, que no se ajustan a la alta responsabilidad que implica su trabajo. Según Calero, “estamos aquí para apoyar a mujeres que han sufrido tanto, pero nos sentimos desamparadas por el sistema”.

En un día dedicado a recordar a víctimas como Romina Celeste y las niñas Anna y Olivia, la denuncia de estas trabajadoras pone sobre la mesa una pregunta clave: ¿cómo garantizar justicia y protección a las mujeres si quienes están en la primera línea no tienen las condiciones necesarias para cumplir su labor?