La detección precoz y la adherencia al tratamiento, claves en el trastorno bipolar
Estas pautas y el mantenimiento de hábitos saludables permiten que los pacientes puedan tener una vida estable y funcional
El doctor Pablo Gutiérrez
Tenerife - Publicado el
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Un diagnóstico temprano e individualizado, una correcta adherencia al tratamiento por parte del paciente, así como el mantenimiento de hábitos saludables son factores clave para abordar el trastorno bipolar y garantizar que las personas afectadas puedan llevar a cabo una vida estable y funcional, afirma el psiquiatra de Hospital Parque Pablo Gutiérrez.
Coincidiendo con la celebración, el próximo domingo, del Día Mundial del Trastorno Bipolar, destaca la importancia de que la sociedad tome conciencia de esta enfermedad con el fin de que las personas afectadas busquen ayuda sin miedo y superen los estigmas que existen y que dificultan su diagnóstico y atención.
El trastorno bipolar es una enfermedad mental que afecta a cerca del 3% de la población y que se caracteriza por cambios extremos en el estado de ánimo, que van desde episodios de euforia o excitación, como manía o hipomanía, hasta periodos de depresión profunda. Estos cambios, señala Pablo Gutiérrez, “no son simples variaciones emocionales, sino alteraciones que afectan significativamente la vida diaria de la persona, su trabajo, sus relaciones y su bienestar general”.
Aunque su presencia no está asociada a un perfil tipo, suele manifestarse en el segmento de edad de entre los 15 y 30 años, con un pico de inicio en la adolescencia tardía o en la adultez temprana. En el caso de los hombres, suele haber un mayor predominio de los episodios maníacos mientras que en las mujeres destacan los depresivos.
El psiquiatra de Hospital Parque explica que en los últimos años se está detectando un aumento de casos, ligado al alza generalizada de los trastornos mentales. Esto va unido a una mayor concienciación y acceso a los servicios de salud mental, un mejor reconocimiento de los síntomas por parte de los profesionales sanitarios, así como un incremento del estrés, que puede actuar como desencadenante en personas predispuestas.
Las causas del trastorno bipolar son multifactoriales, entre los que figura una marcada base genética importante, a la que se suman el estrés, los traumas emocionales o el consumo de sustancias en personas con predisposición biológica. Asimismo, se han identificado alteraciones en neurotransmisores como la dopamina y la serotonina, que regulan el estado de ánimo.
Pablo Gutiérrez puntualiza que el diagnóstico es clínico, mediante una evaluación psiquiátrica detallada, donde se revisa el historial de síntomas, antecedentes familiares y posibles desencadenantes. En este sentido, destaca que resulta clave la diferenciación de otros trastornos, como la depresión unipolar, la ansiedad, el TDAH o incluso la esquizofrenia.
El tratamiento del trastorno bipolar es fundamentalmente farmacológico e incluye estabilizadores del ánimo, como el litio o algunos antiepilépticos, antipsicóticos y, en algunos casos, antidepresivos bajo supervisión.
No obstante, explica Gutiérrez, hay otros aspectos clave para abordar esta patología, como la psicoterapia, dirigida a identificar síntomas tempranos, manejar el estrés y mejorar la adherencia al tratamiento, así como el establecimiento de rutinas estables de sueño, alimentación y actividad física.
Asimismo, se recomienda eliminar el uso de sustancias, como el alcohol y otras drogas, además de contar con un apoyo social y familiar.
Con todo ello, concluye, se persigue reducir su impacto, prevenir recaídas y episodios graves y mantener el estado de ánimo lo más equilibrado posible.