"Los secuestros parentales suelen estar motivados por el ánimo de hacer daño a una expareja"

La desaparición de Tomás Gimeno y de sus hijas de 1 y 6 años mantiene en vilo a toda la isla de Tenerife. La última vez que se vio al padre fue el martes 27 de abril por la noche en el puerto de la marina de Santa Cruz de Tenerife, antes de abandonarlo con su embarcación.

Las investigaciones se llevan con gran hermetismo, aunque un juez de Güímar ha abierto diligencias por un presunto secuestro parental y ha emitido una orden de búsqueda internacional.

La clave radica en saber si el caso se trata efectivamente de un secuestro parental o de un crimen de trágico desenlace. El criminólogo tinerfeño y perito judicial Félix Ríos asegura que "los secuestros parentales están a la orden del día, tanto por progenitores masculinos como femeninos". "En un momento de la separación, creen que tienen derecho a hacer daño a su expareja de esta forma, por lo que están más motivados por ese hecho que por pensar que los niños están mejor con un progenitor que con otro", dice.

La pregunta sobre el desenlace del suceso, a juicio del criminólogo, solo puede saber a través de una investigación retrospectiva: "Hasta que no se estudie el grado de premeditación que tuvo Tomás, no podemos decantarnos por una teoría u otra". "Datos como lo movimientos bancarios, las conversaciones telefónicas o la navegación por internet es lo que nos va a permitir hacernos un puzzle para saber si lo llevaba planificando desde hace mucho tiempo, por lo que sería un secuestro parental bien planificado, o un brote por una decisión tomada a muy corto plazo y con un desenlace fatal", relata.

En todo caso, Félix Ríos recuerda que en este tipo de casos trascienden muy pocos datos y, por tanto, se hacen muchas especulaciones. "Hay datos que brotan en los primeros días, pero sin la certeza de que se correspondan con la realidad. Cuando se levante el secreto de sumario, veremos los detalles", subraya.