Diócesis

Viernes Santo en Tenerife: "Lo más importante no es ser espectador, sino partícipe de la Pasión"

La Catedral de La Laguna acogió la sobria Liturgia de la Pasión del Señor, presidida por el obispo nivariense

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La Catedral de La Laguna se convirtió en un mensaje en sí misma este Viernes Santo para hablarnos de la Pasión de Cristo. El altar austero, la leve iluminación, el enorme silencio ampliado este año por la reducción al 33 % del aforo del templo… Todo ayudaba a vivir un día de recogimiento y oración al pie de la cruz.

El obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez, presidió los cultos propios de esta jornada en la que no se celebra la Eucaristía, sino la Acción Litúrgica de la Pasión del Señor. Dicha celebración comenzó con la postración del obispo frente al altar, gesto que simboliza la humildad, la penitencia y la súplica ante Dios.

Álvarez comenzó su homilía saludando de forma especial a los enfermos y a las personas mayores que siguieron esta celebración a través de la vía telemática. Seguidamente, destacó que el Viernes Santo es un día para reconocer, celebrar y proclamar que Cristo entregó su vida en la cruz por nosotros y por nuestra salvación.

El prelado añadió que, aunque este año no hayamos podido sacar los pasos procesionales a las calles para estimular la fe de muchos cristianos, lo más importante no es visibilizar la Pasión de Cristo mediante las imágenes: “En muchos lugares del mundo no hay pasos procesionales y, sin embargo, eso no impide que se celebre el Viernes Santo con gran hondura espiritual. Hoy, lo más importante es participar en el significado profundo que la Pasión y Muerte de Cristo tiene para nosotros y para el mundo entero”.

Al hilo de esta idea, monseñor Álvarez hizo hincapié en que no basta con recordar que Jesús padeció, murió y fue sepultado, sino que “es necesario reconocer y proclamar con fe viva, que Cristo entregó su cuerpo y derramó su sangre por nosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados”.

En otro momento de su homilía, el obispo recordó un aspecto en el que suele hacer mucho hincapié. “Ante la Pasión y Muerte del Señor, estamos llamados a sentirnos cómplices-culpables, partícipes y beneficiados”, indicó. “Culpables”, ya que murió por nuestros pecados. “Partícipes”, porque también nosotros sufrimos como padeció Cristo y “beneficiados”, porque “sus heridas nos han curado”.

Al finalizar la celebración, los fieles se pudieron acercar a venerar la cruz, aunque de un modo diferente al que estamos acostumbrados. En este sentido, se sustituyó el gesto del beso por una simple inclinación o genuflexión, guardando en todo momento la distancia de seguridad.

Estos cultos de Viernes Santo en la Catedral finalizaron con el silencio que será roto en la Noche Santa del Sábado al Domingo de Resurrección. Una Vigila Pascual que también será transmitida en directo a partir de las 20:00 horas, a través del canal de Youtube: del Obispado.

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