Un cántabro sufre un accidente, se rompe los dos pies y al salir del hospital decide no parar: "Héroe rural"

Los sacrificios que hace la gente que vive del campo son incontables. Horarios imposibles, trabajos físicos, inclemencias climáticas... Son muchas las circunstancias que pueden hacer que todo se vaya al traste. Pero lo de este padre cántabro no tiene comparativa. Las redes sociales alucinan con esta historia tras sufrir un accidente casi incapacitante.

El 78,6% de la población española afirma haber acudido a un centro de Atención Primaria en el último año, por lo que estas situaciones son habituales. Son muchas las personas que se ven postradas en una cama después de sufrir un accidente, sea del tipo que sea. También hay gente que no sabe estar parado.

Algunas personas son más propensas que otras a sufrir esta necesidad de llenar cada momento de su vida que está relacionada con el hecho de no saber parar. En el caso de las personas activas, extrovertidas y aquellas que focalizan su vida en el exterior, siempre tienen la necesidad de estar ocupadas.

Para algunas personas, el hecho de tener tiempo libre, en el que no estén ocupados haciendo algo, enfocándose en una actividad concreta y bien concentrados en lo que están haciendo, supone una fuente de estrés e incluso de ansiedad. Puede ser el elemento que les aporte la sensación de estar cumpliendo con las expectativas, a pesar de estar incapacitado como es este caso.

El huerto

Ya sea por entrar en contacto con la naturaleza, tener una afición saludable, recuperar sabores olvidados, fomentar el consumo responsable, o simplemente, ahorrar algo de dinero, cada vez son más los que se animan a cultivar sus propias frutas, verduras y hortalizas como es el caso del protagonista de la historia.

Un huerto es un sistema complejo de organismos vivos, y tú eres el encargado de administrarlo. Que consigas mejores o peores resultados irán en función de tus conocimientos, tu interés y el sacrificio que le dediques. Esta suma de conceptos da el mismo resultado en todos los casos: responsabilidad.

Y cuando cumples con ella, la sensación que invade el cuerpo es difícil de igualar. La satisfacción personal no tiene comparación. Te alimentas de lo que produces, adquieres responsabilidades, contribuyes a la no producción de residuos y al cuidado del medio ambiente y adquieres experiencia.

Con lo primero reduces los gastos en frutas y verduras y producir alimentos sanos. Con lo segundo se contribuye a que, por ejemplo, tus hijos ganen responsabilidad y tengan en mente que el trabajo da resultados. Además, con la contribución al medio ambiente no generas residuos y conciencias a las personas que te rodean.

Al salir del hospital decide no parar

En ocasiones, la persona trabajadora que ha sufrido una enfermedad o accidente se enfrenta a pensamientos y emociones que pueden jugar en su contra. Puede haber modificado su forma de ver y entender la vida y sus prioridades. La forma en la que lo afronta este padre de familia en Cantabria es toda una sensación.

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En los últimos años, todo este desgaste que nos genera la exigencia de la nueva realidad laboral ha servido para bautizar una patología propia conocida como el burnout o el síndrome del trabajador quemado. El padre de esta joven, que presume en sus redes sociales de su carácter, está lejos de verse en una situación así, porque adora su huerto y está dispuesto a hacer esto y más.