Arturo Ros, Obispo de Santander: " Que nuestra iglesia sea el lugar de la misericordia infinita"
Presidida por el nuncio del Papa en España, Bernardito Auza, la misa ha contado con la presencia de numerosos prelados de otras diócesis españolas
Santander - Publicado el - Actualizado
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Una Catedral abarrotada de fieles y autoridades ha acogido la misa solemne del inicio del Ministerio Episcopal de Arturo Ros Murgadas como Obispo de la Diócesis de Santander.
Presidida por el nuncio del Papa en España, Bernardito Auza, la misa ha contado con la presencia de numerosos prelados de otras diócesis españolas, entre ellas, las de Oviedo, Palencia, Valladolid, Astorga, León o Vitoria.
La comitiva, obispos, miembros del Cabildo y Colegio de Consultores, ha accedido a la catedral por la puerta principal y recorriendo el pasillo central hasta el altar. Los obispos han tomado asiento en la sillería del coro, como los miembros del Consejo de Consultores y los diáconos. Junto a la cátedra se han colocado don Manuel Sánchez Monge y don Arturo Ros Murgadas, mientras que el nuncio del Papa en España, Mons. Bernardito Auza, lo ha hecho en la Catedra.
Tras la toma de posesión, ha sido Arturo Ros quien se ha sentado en la Cátedra como nuevo Obispo de la Diócesis.
En su homilía, Ros ha trasladado su deseo para toda la Diócesis de que digan de ellos que "acogemos, somos amables y construimos juntos el bien", como el mejor proyecto del presente y del futuro.
Para Ros, sin Cristo la vida no tendría "ningún sentido" y la mejor motivación para decidirse a comunicar el Evangelio es "contemplarlo con amor, detenerse en sus páginas y leerlo con el corazón".
"Deseo de todo corazón que esta sea nuestra experiencia personal y comunitaria, y que nuestra Iglesia sea el lugar de la misericordia infinita, donde todo el mundo pueda sentirse acogido, amado, perdonado y alentado a vivir según la vida buena del Evangelio", ha manifestado.
Al término de la misa, Ros, visiblemente emocionado, ha recordado a su madre, recientemente fallecida, y ha agradecido su apoyo a los asistentes, provenientes de Valencia y Cantabria.
La eucaristía, cantada por el Coro A Capella, ha contado con un saludo de su antecesor, Manuel Sánchez Monge, que se ha referido a los principales "problemas" actuales: La escasez de sacerdotes y el laicismo.
Por esta razón, ha explicado, desde la Diócesis de Santander están impulsando la "nueva evangelización" para intentar hacer de la misma una "diócesis misionera", a través de un Plan Pastoral Diocesano y cursos de formación y presencia pública.
Tras el discurso de Monge, se ha leído la bula papal del nombramiento, que señala la "pericia" de Ros para gestionar este trabajo, destacando sus "virtudes", tanto sacerdotales como humanas.
A la ceremonia han asistido autoridades de la región como la presidenta del Parlamento, María José González Revuelta; la consejera de Presidencia, Justicia, Seguridad y Simplificación Administrativa, Isabel Urrutia; la alcaldesa de Santander, Gema Igual; o el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria (TSJC), José Luis López del Moral.
El nombramiento de Ros fue anunciado por la Nunciatura Apostólica el 31 de octubre y se produjo tras la renuncia por jubilación de José Manuel Sánchez Monge, que ahora será el administrador apostólico de la Diócesis de Santander.
El obispo electo nació el 10 de junio de 1964 en Vinalesa (Valencia). Después de haber trabajado en el sector de la banca, ingresó en el seminario mayor de Valencia y completó los estudios filosóficos y teológicos en la Facultad de Teología San Vicente Ferrer (1987-1993). Es licenciado en Teología por esta misma Facultad. Fue ordenado sacerdote el 29 de mayo de 1993 en Valencia.
El Papa Francisco le nombró obispo auxiliar de Valencia el 27 de junio de 2016, asignándole la sede titular de Ursona (Osuna, Ursonen(sis) -España-, que tenía como metropolitana a Sevilla). Recibió la ordenación episcopal el 3 de septiembre del mismo año. En la CEE es el presidente de la Subcomisión Episcopal para la Juventud y la Infancia.
Arturo Pablo Ros Murgadas, que hasta ahora era obispo auxiliar de Valencia, sustituye en el cargo a Manuel Sánchez Monge, obispo de Santander desde 2015. Nacido en Fuentes de Nava (Palencia) el 18 de abril de 1947, Sánchez ingresó en el seminario menor y realizó luego los estudios eclesiásticos en el seminario mayor de Palencia. Fue ordenado sacerdote el 9 de agosto de 1970. Cursó Teología en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma donde obtuvo, en 1974, la Licenciatura y en 1998, el Doctorado.
Benedicto XVI le nombró obispo de la diócesis de Mondoñedo-Ferrol el 6 de junio de 2005 y el 23 de julio recibió la ordenación episcopal. El 6 de mayo de 2015, el papa Francisco le nombró obispo de Santander, sede de la que tomó posesión el 30 de mayo de este mismo año. En la CEE, es miembro de la Comisión Episcopal para la Liturgia.
Por su parte, Manuel Sánchez Monge (Fuentes de Nava, 18 de abril de 1947) fue nombrado obispo de Santander el 30 de mayo del 2015, y desde el 18 de abril de 2022 esperaba la aceptación de su renuncia por edad, presentada al Santo Padre, el Papa Francisco
ESCUPO Y LEMA EPISCOPAL
El escudo episcopal de don Arturo Ros se divide en dos cuarteles iguales, que se van estrechando en la parte inferior. El cuartel izquierdo del escudo evoca el apellido Ros. En campo de oro, ocho rosas de gules puestas en dos palos. En heráldica, gules, usado siempre en plural, es la denominación del color rojo vivo. Pero también hay una lectura simbólica en esta parte del escudo. Se refiere a la «rosa del cielo escogida».
El cuartel derecho del escudo evoca la Eucaristía (Jn 6, 54-57), con la custodia y la palma del martirio. La vivencia eucarística en su pueblo natal, Vinalesa, la «Minerva», y la pertenencia de su familia a la antiquísima Cofradía del «Santísimo Sacramento», sello de fuego grabado en el alma por el que la Eucaristía siempre ha sido el centro de su vida, una existencia eucarística. La palma del martirio refiere a su abuelo, Arturo Ros Montalt, mártir de la persecución religiosa del s. XX, beatificado por San Juan Pablo II en Roma el 11 de marzo de 2001.
El lema episcopal “PROPERATE AD VENIAM OFFERRE" no proviene de ninguna cita sino de las últimas palabras que dijo a su abuela María y a sus hijos, su abuelo mártir.