Carlos, exrecluso: "Siempre seremos presos, aún fuera de la cárcel"

El rechazo social es una de las grandes barreras para una reinserción plena. Cada primer domingo de marzo se celebra el Día del preso.

Santiago Ruiz de Azúa

Santander - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Según un estudio del Ministerio del Interior, el 80% de la población que entra en la cárcel para cumplir condena no vuelve a reincidir. Es, sin duda un buen dato, un dato para la esperanza. Sin embargo, hay otro 20% que reincide. Un porcentaje pequeño que indica que las políticas de reinserción no funcionan plenamente.

El trabajo de organizaciones como Nueva Vida en Cantabria es fundamental para lograr que estas personas recuperen su vida. A lo largo de 2021, Nueva Vida trabajó con más de un centenar de presos y sus familias.

Luis Carlos es uno de estos presos. Entró en prisión por primera vez cumplidos los treinta. Lo hizo tras una larga trayectoria de pequeños delitos que lo habían convertido en la oveja negra de la familia. “Cuando le llamé a mi madre para decirle que entraba en prisión me dijo que ya me lo había advertido hace tiempo” cuenta Carlos en esta entrevista acompañado por Julio García Celorio, presidente de Nueva Vida.

ctv-vwi-img 6257

El día que Carlos entró en la cárcel, lo hizo con incertidumbre, no con miedo. “No tiene nada que ver la imagen que dan las series y películas de la vida en prisión, de lo que de verdad es”. Carlos reconoce que una vez dentro, pierdes el miedo porque “si te has movido en ese mundo de la delincuencia te das cuenta de que conoces a más de uno dentro”.

La vida en prisión es dura, perder la libertad, el contacto con el exterior, “que te vuelvan a meter en la celda después de comer” recuerda Carlos.

ctv-i3o-asociacion-nueva-vida-72

Carlos entró en contacto con Nueva Vida en la misma prisión donde cumplía condena. “Veía que los presos que ya estaban con la asociación eran felices. Me dio envidia sana”

Carlos es uno de esos ‘casos de éxito’. Desenganchado de las drogas, con trabajo y recuperando poco a poco a la familia. “Hace un par de días hablé de nuevo con mi padre después de dos años. Lloré de alegría”.

Temas relacionados