Ley de Víctimas de Cantabria: 15 años después del último atentado mortal de ETA en la región

Este 11M se celebra el primer acto público que mandata la nueva Ley aprobada hace un año por unanimidad en el Parlamento regional

Santiago Ruiz de Azúa

Santander - Publicado el - Actualizado

7 min lectura

El Parlamento de Cantabria aprobó en marzo de 2023 la primera ley autonómica de reconocimiento y homenaje a las víctimas del terrorismo. Lo hizo con el respaldo unánime de todos los grupos, a pesar de que PP y Vox reclamaron un régimen sancionador que finalmente no fue incluido en la norma.

Durante su tramitación, los cinco grupos entonces en el parlamento consiguieron consensuar sus 30 artículos tras escuchar a diferentes asociaciones de víctimas.

Entre otras medidas, recoge nuevas ayudas como las de expatriación en caso de atentado fuera de España, indemnizaciones complementarias a las estatales, garantizar la asistencia psicológica inmediata, ayudas en el acceso a la vivienda pública.. La ley obliga también al Gobierno regional a incluir en los currículos educativos contenidos sobre las víctimas y el terrorismo e impulsar los homenajes y la colocación de elementos de recuerdo en los lugares donde se hayan producido atentados.

COMPROMISO CON LAS VÍCTIMAS

La ley reconoce los derechos fundamentales de las víctimas y ha de servir tanto para que se recuerde su sufrimiento como para que las políticas de paz “sean de obligado cumplimiento” y el compromiso de Cantabria con las víctimas.” Se trata de expresar la condena enérgica de la sociedad cántabra con las víctimas. Con las que lo han sido y con las que puedan serlo en un futuro” ha dicho en COPE Cantabria la consejera de Presidencia, Isabel Urrutia.

Otro ejemplo de este compromiso al que “obliga” esta ley es el de mantener vivo el recuerdo como una forma eficaz de construir, tanto la memoria individual como colectiva. En este sentido, el Gobierno de Cantabria elaborará un archivo audiovisual que recoja los testimonios de las víctimas.

ACTIVIDAD DE ETA EN CANTABRIA

ETA ha cometido más de una treintena de atentados en Cantabria. El primero en la historia de la banda tuvo lugar en 1959, cuando estalló una bomba contra la sede del diario Alerta en Santander. Diez años después, en 1969 en Liébana, se produjo un tiroteo entre varios miembros de la banda terrorista y una patrulla de la Guardia Civil.

El atentado de peores consecuencias lo cometió ETA en Santander el 19 de febrero de 1992. Los miembros de ETA Luis Ángel Galarza y Iñaki Recarte hicieron estallar un coche bomba al paso de una furgoneta de la Policía Nacional en el barrio de la Albericia. La explosión causó la muerte del matrimonio formado por Eutimio Gómez y Julia Ríos y de Antonio Ricondo. Eutimio y Julia dejaron dos niños huérfanos. Su hija Silvia Gómez Ríos sufre cada vez que recuerda lo sucedido y reconoce que no puede perdonar.

Atentado de ETA en La Albericia en Santander

Atentado de ETA en La Albericia en Santander

Durante la década de los 80 ETA fijó como objetivos en Cantabria concesionarios de automóviles, instalaciones de Renfe, atentó en varias ocasiones contra barcos de la armada y también contra la empresa Equipos Nucleares, empresa donde se reparaba un generador para la central nuclear de Lemóniz. En 1983 colocó varias bombas contra la casa cuartel de la Guardia Civil en Laredo causando heridas de gravedad a la hija de uno de los agentes.

La década de los 90 comenzó con la intención por parte de la banda terrorista de “volar por los aires” el cuartel de la Guardia Civil en Pesués. ETA había preparado un coche bomba cargado con 80 kilos de explosivos que los terroristas querían lanzar por una pendiente contra la instalación. Los artificieros de la benemérita consiguieron hacer explotar la bomba de forma controlada. La deflagración causó daños en un colegio y el ayuntamiento de la localidad.

El 20 de agosto de 1997, artificieros de la Guardia Civil desactivaron tres lanza granadas que apuntaban contra la casa cuartel del Instituto Armado en Comillas y que habían sido descubiertos por turistas que paseaban por la playa.

El 21 de febrero de 1998, la policía explosionó una bomba con tres kilos de cloratita descubierta por dos jóvenes del PP en la sede de su partido en Santander, horas antes de una convención de Nuevas Generaciones. La explosión causó importantes daños en edificios y automóviles. Y en marzo de ese mismo año, dos miembros del 'comando Vizcaya' intentaron asesinar al propietario de un bar de Castro Urdiales, pero su pistola se encasquilló cuando se disponían a disparar.

En la década de los 2000, ETA fijó como objetivos prioritarios en Cantabria diferentes intereses turísticos.

En 2002 se produjeron otros dos atentados: el 3 de diciembre un coche bomba causó graves destrozos en un aparcamiento de la Plaza Alfonso XIII de Santander, y el 22 de junio otro vehículo cargado con 30 kilos de explosivos provocó heridas leves a cuatro personas y cuantiosos daños materiales junto al edificio santanderino de los ministerios.

En 2003, la explosión de un coche bomba causó daños considerables en el aeropuerto de Parayas que previamente desalojado después de que una llamada telefónica al diario 'Gara' advirtiera de la colocación de la bomba. En diciembre de 2005, ETA anunció de nuevo la colocación de varios lanza granadas contra las instalaciones aeroportuarias.

Siete han sido las víctimas mortales cántabras a manos de ETA

Siete han sido las víctimas mortales cántabras a manos de ETA

El 12 de agosto de 2004, ETA colocó una bomba de poca potencia que estalló en el Paseo de Pereda de Santander y causó daños materiales de escasa consideración.

Cinco días antes se había producido una acción similar en San Vicente de la Barquera y el 6 de diciembre explotó un artefacto en un aparcamiento de Santillana del Mar, ocasionando heridas leves a 15 personas.

El último atentado mortal de la banda en Cantabria tuvo lugar el 22 de septiembre de 2008 en Santoña. La explosión de un coche bomba colocado en la puerta del Patronato Militar de esta localidad causó la muerte del brigada del Ejército de Tierra, Luis Conde de la Cruz. El militar pasaba unos días de vacaciones junto a su mujer en estas instalaciones. Su viuda, Lourdes Rodao sintió aquellos días recibir “menos cariño que los perros”. Aunque no guarda rencor, no puede perdonar a quienes terminaron con la vida de su marido.

Lourdes Rodao y su marido asesinado en Santoña

Lourdes Rodao y su marido asesinado en Santoña

En julio de aquel mismo año, explotaron cuatro artefactos, dos en la playa de Laredo y otros dos en Noja, uno en la playa del Ris y otro en el campo de golf de esa localidad.

Santoña ya fue objeto de otro atentado, en marzo de 2006, cuando explotó un artefacto compuesto por cinco kilos de amonal el día 8 en la sede de Falange del municipio, que hirió de levedad a una persona. Veinticuatro horas después explotó otro en un camino vecinal de Ontón anexo a la A-8.

Fuera de Cantabria, la banda terrorista asesinó a otros seis cántabros. Ramiro Carasa Pérez, Pedro Galnares Barreda, Mariano González Huergo, que fue asesinado en Markina el 20 de septiembre de 1980. Unas semanas más tarde, el 8 de octubre de 1980, ETA asesinaba en Eibar a Carlos García, natural de Astillero. El policía nacional Luis Andrés Samperio fue asesinado en Bilbao el 24 de abril de 1997 José Luis Caso, nacido en Comillas, fue asesinado en Rentería el 11 de diciembre de 1997.

PRIMER ACTO

La ley establece también la obligatoriedad de convocar sendos actos públicos en recuerdo a las víctimas del terrorismo. El primero de ellos tendrá lugar el 11 de marzo, día europeo en recuerdo a las víctimas del terrorismo, el segundo el 27 de junio, día de las víctimas del terrorismo en España.

El acto del día 11, tendrá lugar en el Palacio de Festivales y durante el mismo se escuchará la voz de dos víctimas de ETA y se proyectará el documental de Iñaki Arteta, '13 entre mil'.

El acto será conducido por el Jefe de Redacción Única de COPE Cantabria, Santiago Ruiz de Azúa, con una larga trayectoria en información sobre terrorismo. En 2021 recibió el premio de la Fundación Víctimas del Terrorismo por su trabajo de investigación y difusión de sus testimonios.

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