El puerto de Santander es mucho más que la mayor empresa de Cantabria
La interacción del puerto y la ciudad tiene que estar basada en la lealtad y colaboración institucional, asegura en esta entrevista el Presidente de la Autoridad Portuaria
Santander - Publicado el
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El puerto de Santander es más que la “mayor empresa de Cantabria”, es el balcón de la ciudad. Es un pulmón que cada día alimenta a miles de santanderinos que pasean bordeando el agua de la bahía desde Gamazo hasta el Centro Botín y cuya intención es seguir siendo refugio de quienes buscan en el mar el abrazo con la naturaleza.
Tras más de 15 años como concejal en el Ayuntamiento de Santander, el actual presidente de la Autoridad Portuaria, Cesar Díaz, sabe mejor que nadie lo necesario que es, para ese objetivo, un perfecto entendimiento entre ambas instituciones. "Durante estos 16 años ha habido etapas incluso de falta de diálogo. La lealtad y la colaboración institucional tienen que ser obligatorias" ha dicho en COPE Cantabria el actual presidente de la Autoridad Portuaria.
Si la relación entre administraciones no fuera de esta manera, ha asegurado Cesar Díaz, los ciudadanos no lo entenderían. Son ellos los primeros que se dan cuenta cuando hay espacios portuarios que no se usan y no lo entenderían si no se hace nada para que ocurra lo contrario.
Díaz ha puesto como ejemplo de mala colaboración lo ocurrido con la actuación entre Gamazo y Los Peligros. "Durante años estuvimos reclamándola y ahora en apenas dos meses, lo hemos conseguido. Era más una cuestión de voluntad que de otra cosa".
EL NUEVO PALACETE
El Palacete del Embarcadero es, además del emblema de la Autoridad Portuaria de Santander, otro de estos ejemplos de simbiosis entre puerto y ciudad. El edificio, que se proyectó en 1920 por Javier González de Riancho, fue construido en 1932 y en 1985, a través de una rehabilitación, se destinó como uso cultural y expositivo. Y desde entonces no ha dejado de organizar actos culturales y recibir la visita de miles de paseantes.
Ahora, aquejado de algunas patologías que era necesario corregir, se somete a una rehabilitación integral que lo mantendrá cerrado hasta el verano. Se va a rehabilitar la zona interior, y posteriormente en el envolvente exterior se va a tratar todo el tema de pintura, los revoques, los ornamentos y la cubierta octagonal, que se va a cambiar e impermeabilizarla entera.
También se van a cambiar todas las escamas cerámicas, de tal manera que todo el tema de agua quede totalmente arreglado, y por dentro se van a modernizar todas las instalaciones, tanto eléctricas como de agua y climatización, para que las condiciones ambientales dentro del edificio, como son salas de exposiciones, sean las más adecuadas para que las obras de arte y las exposiciones "no sufran".
Y cuando vuelva a abrir lucirá sus mejores galas, incluido en la parte central un escudo original del año 30, emblemático para el embarcadero de Alfonso XIII, con el que se quiere recordar el origen de la construcción del edificio original.