"Salgamos de la comodidad y atrevámonos a llegar a donde haga falta que este Jesucristo"
Manuel Sánchez Monge asegura que el Año Jubilar dejará una profunda huella en nuestras vidas
Santander - Publicado el - Actualizado
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Como marca el rito religioso el Obispo de la Diócesis de Santander ha golpeado con un martillo tres veces la Puerta del Perdón antes de abrirla dándo así comienzo al Año Jubilar Lebaniego. En el acto ha estado acompoñado por el Arzobispo de Oviedo, Jesús Sánz Montes, los Obispos de Astorga, Jesús Fernández González;León, Luis Ángel de las Heras Berzal y Palencia, Manuel Herrero Fernández, así como de varios vicarios, diáconos y sacerdotes.
En su homilía, el Obispo de la Diócesis de Santander, ha recordado que con la apertura de la Puerta Santa comienza el Año Jubilar en Santo Toribio de Liébana. El Año Santo Lebaniego es un acontecimiento de gracia que tiene primordialmente, ha dicho Sánchez Monge, una finalidad religiosa, “por medio de la conversión continua y la predicación asidua de la Palabra de Dios, se favorece la fe. Por la oración y la caridad se promueve la santidad de los fieles y por la esperanza en los bienes futuros se anima la nueva evangelización de nuestra sociedad”.
Este Año Santo vamos a considerar la belleza y los compromisos que conlleva haber sido marcados por la cruz del Señor. La Cruz fue el primero de los instrumentos de la Pasión de Cristo que fue venerado en forma de reliquia. El Monasterio de Santo Toribio de Liébana alberga, como sabemos, el mayor trozo de madera de la Cruz de Cristo. Nos hemos acostumbrado a ver la cruz en nuestras iglesias, en las casas, en los cementerios y muchas veces no nos dice nada. Hacer la señal de la cruz no puede convertirse en un gesto rutinario. Pero la Cruz es una verdadera cátedra donde los cristianos descubrimos al Dios en quien creemos. Un Dios transcendente y al mismo tiempo cercano.
Por una parte la cruz de Cristo nos recuerda que Dios nos ama en serio, hasta entregar su vida por nosotros. Y con un amor total, fiel y capaz de llevarnos a la vida verdadera y plenamente feliz. Por otra parte, llevar la cruz en nuestro pecho no es un signo baladí sino el compromiso a llevar la vida que Jesús llevó.
“Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos” (Jn 15,13). Es muy difícil entender el sentido de la cruz si no se tiene auténtico amor, un amor de entrega precisamente, ha asegurado el Obispo durante su homilía.
Recogiendo unas palabras del Papa Francisco, Manuel Sánchez Monge ha recordado que “el cristianismo no es una doctrina filosófica, no es un programa de vida para sobrevivir, para ser educados, para hacer la paz. Estas son consecuencias. El cristianismo es una persona, una persona alzada sobre la cruz, una persona que se anuló a sí misma para salvarnos.
Hemos abierto la Puerta del perdón. Entremos por la Puerta que es Jesús e invitemos a entrar a todos los hombres.
Por la Puerta que es Cristo hagamos la «salida misionera». Salgamos de la comodidad y atrevámonos a llegar a todas periferias geográficas o existenciales en las que es necesario que entre Jesucristo para regalar su Luz y su Vida.
Si caminamos por estas sendas, ha concluido Sánchez Monge, este Año Jubilar 2023-2024 dejará una profunda huella en nuestras vidas. “Os lo aseguro”.