¿Perderse forma parte de la aventura del Camino?

Durante el Camino ocurre igual que durante la vida: a veces se pierde el rumbo y encontrarlo es motivo de alegría

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

La flecha amarilla, de la que ya os he hablado aquí antes, es ese flotador al que se agarra el naufrago cuando una embarcación se lo lanza en medio de la mar. Es ese subidón de energía, tras varios kilómetros sin verla, que te indica que vas por el buen camino. Por eso es tan importante la correcta señalización de esta ruta, así como la conservación de estas señales.

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Desde que salí de El Haya hasta este punto del camino desde donde te escribo, Santillana del Mar, he visto muchas flechas. Muchas de ellas, la mayoría para ser sincero, bien conservadas y visibles a primera vista. Pero en algunas ocasiones, buscar la fleca es como jugar a “Dónde está Wally”. Y esto, después de haber hecho media docena o docena y media de kilómetros, fastidia. Y si encima no encuentras a Wally y tiras por la dirección equivocada...mejor no pongo calificativo.

Intuyo que revisar, comprobar, decidir en qué punto del camino es necesario poner una marca no es fácil. Pero hay que hacerlo bien.

La marca de la flecha amarilla, lejos de lo que se pudiera pensar, no es algo que se pierde en la noche de los tiempos. Todo lo contrario. Fue en 1984, cuando Elías Valiño, párroco de una pequeña localidad gallega por donde discurre la ruta, O Cebreiro, decidió marcar todo el Camino de Santiago, en su ruta francesa, desde Roncesvalles hasta Santiago de Compostela.

Después, fueron otras Asociaciones de Amigos de los diferentes caminos, ayudadas también por las instituciones, las que empezaron a señalizar la ruta. Ahora es frecuente ver la flecha acompañada de la concha del peregrino. Una concha de vieira que a los primeros peregrinos de la cristiandad se les entregaba como muestra de haber completado su ruta.

Yo hoy me he perdido en un par de ocasiones. Me ha faltado el aliento de saber si iba por el camino correcto en otras dos. Igual, esto también forma parte de la magia del Camino de Santiago.

Diario de un caminante, por el camino del norte y el camino lebaniego. Con el patrocinio de la Consejería de Turismo, la Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria y la colaboración de copsesa.com y deportescumbres.com, empresas cántabras que han apostado por esta aventura.