Se cumplen 42 años del asesinato de otro cántabro a manos de ETA

El Doctor Ramiro Carasa eligió plaza en San Sebastián porque de allí era su novia cuando la banta terrorista lo asesinó

El Doctor Ramiro Carasa, con barbas, en una conferencia

Santiago Ruiz de Azúa

Santander - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Se cumplen 42 años del asesinato a manos de ETA del traumatólogo cántabro Ramiro Carasa Pérez, nacido en Liendo en 1943.

Se licenció en Medicina en 1966 en la Universidad de Madrid. En 1967 ingresó como médico residente en el Hospital La Paz, y pasó a ser adjunto del mismo hospital en 1970, al término de los tres cursos correspondientes. Más tarde fue jefe clínico en la Residencia Primero de Octubre, durante cuatro años, hasta que consiguió por oposición la plaza de jefe de servicio en 1975 con el número uno y pidió destino en la capital guipuzcoana en la Residencia Nuestra Señora de Aránzazu. Fue el creador del servicio de traumatología de dicho centro sanitario.

El martes 30 de marzo de 1982, una llamada, en nombre de ETA al periódico Egin, informaba del asesinato y la localización del Dr. Carasa. El traumatólogo apareció a las once de la noche tras haber recibido cinco disparos, en un monte cercano a la carretera entre Urnieta y Andoain, cerca de un caserío.

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El cadáver tenía las manos atadas a la espalda y signos de haber sido torturado antes de su ejecución. El cadáver presentaba, por ejemplo, un hematoma de grandes dimensiones en la zona del ojo derecho, con fractura del hueso supraorbitario, consecuencia de un fuerte culatazo.

Por este asesinato fue condenado en 1986, como autor material, Jesús María Zabarte Arregui, el Carnicero de Mondragón. En 1990 fue condenado Juan José Iradi Lizarazu, en concepto de cómplice, por ser la persona que participó en el seguimiento y vigilancia de Ramiro recabando la información necesaria para su secuestro y asesinato.

Tras la detención de sus autores, se supo que Ramiro Carasa se convirtió en objetivo de ETA cuando tras atender en el hospital a un herido de bala de un comando etarra dio parte de este hecho al juzgado de guardia correspondiente, como era su obligación como médico.

Ramiro Carasa Pérez, de 38 años, había nacido en Liendo, pero vivía en San Sebastián desde 1975. Estaba soltero, pero tenía novia en la capital donostiarra. Es otra de las víctimas cántabras de la banda terrorista ETA.

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