La empresa CAF conocía el problema de las medidas de los trenes y aun así firmó el contrato

La auditoría del Ministerio revela que Adif entregó a la empresa vasca una documentación en la que ya se recogía el problema con las medidas

CAF tenía la documentación en la que se decía que los trenes no cabían por los túneles

Santiago Ruiz de Azúa

Santander - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

La auditoría que encargó el Ministerio de Transportes para dilucidar los problemas vinculados al pedido de trenes destinados a Cantabria y Asturias 'que no cabían por los túneles' por incumplir el gálibo, revela numerosos errores de coordinación entre todas las empresas relacionadas, las públicas Adif y Renfe y la privada CAF.

El desencadenante fue la publicación por parte de Renfe de unos pliegos del contrato que contenían información errónea de las medidas de estos trenes, que ninguna de las empresas que pujó por el mismo fue capaz de encontrar, según consta en la auditoría publicada ahora por el Ministerio.

"Si Renfe hubiera solicitado a Adif la información que este disponía sobre la red de ancho métrico en el momento de la preparación del contrato habría podido determinar con absoluta certeza que las condiciones sobre el gálibo incluidas en las especificaciones técnicas del tren no se podían cumplir", asegura el texto.

Imagen en la que se ve como los trenes no cabrían por los túneles

Imagen en la que se ve como los trenes no cabrían por los túneles

CRONOLOGIA

Por su parte, Adif le entregó una documentación a CAF en noviembre de 2020 en la que ya se evidenciaba que había un problema con las medidas antes de la firma del contrato. Sin embargo, esta empresa pública no trasladó esta información vital a Renfe, que seguía desconociendo este problema.

Esto supone, además, que CAF era plenamente consciente --o al menos tenía en sus manos la documentación para serlo-- de la imposibilidad de llevar a cabo el contrato y, aún así, lo firmó 54 días después, ocultándole este hecho a Renfe.

En ese momento, Adif y CAF ya conocían el problema de los gálibos y Renfe lo descubrió en enero de 2021 --una vez el contrato ya estaba firmado-- en una reunión con la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria (AESF), lo que le llevó a paralizar inmediatamente la ejecución del contrato.

Es decir, en enero de 2021, apenas un mes más tarde de la firma del contrato, todas las partes eran conocedoras y aún así no lo comunicaron públicamente, ni siquiera a las autoridades involucradas de Cantabria y Asturias. Y pese a ser las dos públicas dependientes del Ministerio, tampoco a la ministra de ese momento, Raquel Sánchez.

Pero en abril de 2022, Renfe sí se reunió con representantes del Ministerio, en concreto con el secretario general de Infraestructuras, Xavier Flores, y con personal de la secretaría de Estado, en ese momento en manos de Isabel Pardo de Vera, y pese a ello la información continuó sin trascender. Pardo de Vera fue cesada el 21 de febrero de 2023 como Secretaria de Estado de Transportes, un día antes dejaba su puesto el presidente de RENFE, Isaías Táboas.

INDIGNACION GENERAL

El Gobierno de Cantabria conoció la noticia en febrero de 2023, dos años después de que lo supieran todas las partes implicadas y sin que nadie hiciera nada al respecto.

El entonces presidente Miguel Ángel Revilla hablaba de chapuza monumental y ya exigía que rodasen cabezas.

La presidenta del Partido Popular, entonces jefa de la oposición, María José Sáenz de Buruaga, afirmó que el Gobierno de Revilla y Pedro Sánchez iban de ridículo en ridículo con las infraestructuras ferroviarias, pero sobre todo en materia de cercanías.

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