"Queremos justicia y que los culpables del derrumbe paguen por ello"

En torno a las 5 de la tarde del 19 de agosto del 2017 el edificio de la calle Sol colapsó. Afortunadamente unas horas antes los bomberos habían desalojado a todos los vecinos viendo el mal estado en el que se encontraba el inmueble por las obras que se estaban realizando en uno de los bajos para un local de hostelería. Desde entonces los propietarios están luchando para que los culpables del derrumbe asuman su culpa.

Cinco años después todavía hay cinco familias que no han podido retornar a sus casas y cargan contra los responsables de las obras que provocaron el siniestro. “Nos pagamos ibis, alquileres, hipotecas de una casa que no existe. Nos dejaron sin nada y los causantes de tal desgracia siguen su vida con normalidad, algunos mejor. A pesar de tener una sentencia firme que dicen que actuaron de forma negligente”, denuncia en Cope Carolina, una de las vecinas desalojada.

Todos los afectados recuerdan que durante meses se omitieron todas las normas de seguridad y las denuncias de los propios vecinos que alertaron del daño que las obras estaban causando a la estructura. Las grietas eran tan evidentes que los bomberos obligaron a desalojar el inmueble horas antes de que colapsase.

Desalojos

A día de hoy hay 5 familias que continúan privadas de su vivienda y un local que no se puede utilizar, y lo peor de todo es que tampoco saben cuándo podrán volver a sus casas.

“Queremos que se haga justicia y que termine este mal sueño . Y así poder olvidar el mal despertar que tuvimos eses día”, insiste Carolina.

Otras 5 familias se vieron privadas del uso de su vivienda durante más de año y medio, y dichas viviendas han perdido parte de su utilidad como consecuencia de las obras necesarias para consolidar la parte del edificio que quedó en pie.

Y otras 5 familias y un empresario estuvieron privados de sus viviendas y negocio durante más de 2 meses.

En estos 5 años se ha avanzado mucho en el conocimiento de los hechos que provocaron el derrumbe y segun los propietarios "ponen de manifiesto la absoluta temeridad con la que actuaron todos los intervinientes en la obra del local" que se estaba reformando. Durante semanas tanto la empresa constructora, como el director de la obra como la promotora del local de ocio hicieron caso omiso de las señales y advertencias que daba el propio edificio, los vecinos, el arquitecto contratado por la Comunidad y un Ingeniero de Caminos.

Por el camino también la comunidad había hecho tres denuncias en el ayuntamiento por las grietas que habían aparecido en el edificio que no tuvieron respuesta. Los daños causados por la obra eran tan evidentes en la mañana del día en que se produjo el derrumbe, la primera dotación de bomberos personada antes de las 9 de la mañana ya se percató del peligro de derrumbe y dio la orden de desalojo.

De no haber intervenido los bomberos, el derrumbe del edificio hubiese podido provocar la perdida de cerca de 40 vidas. 5 años después los propietarios siguenpreparando acciones judiciales y valoran los daños en el edificio en torno a los dos millones de euros.