Ramonita, vecina de Cueto de 86 años: "Tengo que pagar siempre un taxi para ir al médico"
En Cueto llevan dos meses sin recibir atención médica primaria en el consultorio. Su población, en gran medida de avanzada edad, debe trasladarse hasta el centro de El Sardinero
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La situación de los consultorios médicos, ha pasado a ser un capítulo de absoluta actualidad en los cántabros. El caso de Penagos con el cierre de su centro de salud es ya más que conocido, aunque, sin embargo, hay otros muchos que viven en el día a día esta precariedad sanitaria que acosa a los colectivos de edad más avanzada, los más frecuentes en nuestra pirámide poblacional.
Llegar a Cueto es entrar en una población en la que, por irónico que parezca, desaparecen los edificios altos, las calles anchas y los comercios a ambas orillas de la calzada. Entrar en este lugar es comprender la familiaridad de un pueblo, aunque en esta ocasión mucho más cerca de esa urbe que apenas se alcanza a ver al horizonte.
Cueto tiene una historia en cada puerta, en cada ventana y en cada esquina. Hay más de nueve mil historias, una por cada uno de los vecinos que conforman este barrio (o pueblo, depende de a quién preguntemos). Allí, en una zona estrecha, pero acogedora, se encuentra un consultorio médico que lleva desde inicio de verano sin ofrecer servicio a los usuarios, personas que en su mayoría tienen ya edades avanzadas.
En lugar de personal médico para proporcionar servicio, nos encontramos con carteles que trasladan con claridad un mensaje contundente que ya debería haber quedado vencido: 'El Consultorio de Cueto permanecerá cerrado hasta el 11 de septiembre de 2023'. Han pasado ya varios días y a ese mensaje impreso ha empezado a estar acompañado por otro, plasmado con un rotulador en un papel.
Este nuevo cartel cuenta que 'por motivos ajenos a nuestra voluntad, la Dra. Marchante no acudirá al consultorio. Las personas citadas en el consultorio en enfermería habrán de bajar al C. S. Sardinero'. Problemas para los vecinos.
"Tengo que pagar un taxi para ir al médico"
Unas alternativas necesarias que deben encontrar, y en que en muchas ocasiones son poco accesibles. Casos como el de Ramonita, de 86 años, dan testimonio de la necesidad de reabrir este consultorio, puesto que necesita utilizar un taxi para acudir al centro de salud de El Sardinero, una ruta que en ida y vuelta ronda los diez euros. Como ella, hay otros vecinos del lugar que son más jóvenes y no hacen uso habitual del centro, edificio por el que luchó aquella generación que ahora son mayores, y por los que dicen que no se está velando.
Lo más preocupante de todo es que la lista de consultorios cerrados en Cantabria es tristemente amplia. Las cifras que manejan desde los sindicatos rondan los doce centros médicos que se encuentran sin personal y con otras dificultades que impiden el buen funcionamiento de esos pequeños hospitales locales.
Entre esos centros, hay varios que destacan como el ya mencionado de Penagos, otro de una localidad importante como Argoños, y por su influencia especialmente remarca el caso de Puente Viesgo que tampoco cuenta con servicio. Una situación límite para muchos pueblos y comarcas de Cantabria, cuya solución pasa por la nueva generación de médicos que salen de las universidades; y las alternativas que presente el consejero de Salud, César Pascual de una problemática que es heredada.