La desesperación de una usuaria de las ambulancias de Diavida en Cantabria: ¡No entra la silla de ruedas!

Pilar González nos cuenta en COPE cómo las incomodidades y retrasos en el servicio del transporte sanitario programado se agudizan, afectando a su madre de 84 años, enferma de cáncer: "Ha ido a peor. La consulta puede durar 10 minutos, y luego toca esperar una o dos horas en Valdecilla a que la traigan a casa"

Entrada de urgencias del Hospital Valdecilla
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Jaime del Olmo

Santander - Publicado el

2 min lectura

Tristemente, es una situación que afecta a cientos de usuarios en Cantabria. Pilar González Rodríguez es una de ellas; sufre cada día el defectuoso servicio de ambulancias de DIAVIDA. Su madre tiene que padecer los constantes retrasos del transporte sanitario programado, además de otras incomodidades

los retrasos son insostenibles

Desde hace dos años, a la madre de Pilar, de 84 años y enferma de cáncer, le tuvieron que amputar media pierna para acabar con la enfermedad. Por ello, debe trasladarse en silla de ruedas al Hospital Marqués de Valdecilla. Pero el servicio desplegado por las ambulancias de Diavida es cada vez más desesperante:

"Con el paso del tiempo, ha ido empeorando. En el caso de mi madre, que tiene que ir a oncología, la consulta puede durar 10 minutos, y luego estar esperando una ambulancia una hora, hora y media, dos horas... Depende. El estar ahí esperando después de una sesión de radio o quimio siendo una persona mayor...".

Una ambulancia de DIAVIDA

Europa Press

Una ambulancia de DIAVIDA

"me siento un poco engañada..."

Más allá del tiempo de espera, hay situaciones surrealistas para Pilar, como que las ambulancias no cuenten ni con el espacio suficiente para meter la silla de ruedas, ni que haya una rampa de acceso en el vehículo. El enfado de Pilar es evidente:

"Mi madre utiliza una silla de ruedas de un tamaño un poco especial, y la silla no entra en la ambulancia. Le mandan una ambulancia, después de haberles especificado las características de la silla, te dicen que no hay ningún problema, luego vienen y no entra. Lo peor es que te dicen que te envían otra ambulancia... ¡Y tampoco entra la silla! No sé, me siento un poco engañada, ¿no? Y encima nos haces llegar tarde a la consulta. No hay la rampa suficientemente ancha como para que entre la silla; entonces hay que subir a mi madre a una camilla. No tiene por qué hacerlo, ella está en una silla de ruedas".

Por todo esto y mucho más, Pilar está deseando que se encuentre una solución rápida, o que se cambie de empresa concesionaria del servicio.

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