Los mayores de Cantabria ante el desafío de la brecha digital: "Todo pasa por hablar y comprender"

En la contemporaneidad, donde la conectividad y la tecnología son elementos esenciales para acceder a servicios cruciales como la banca y el comercio, surge una problemática considerable que afecta a un sector de la población a menudo pasada por alto: las personas mayores. En Cantabria, la brecha digital se manifiesta de manera especialmente notable entre aquellos que superan los ochenta años, enfrentando obstáculos en su rutina diaria debido a una digitalización que parece haber pasado por alto sus necesidades.

Paco Gómez, de la Universidad Permanente de Cantabria, señala que esta brecha digital no solo es una cuestión de acceso a la tecnología, sino que también refleja una falta de consideración hacia las particularidades y desafíos que enfrenta este grupo demográfico. La digitalización, en lugar de ser un facilitador, se convierte en un obstáculo cuando no se tiene en cuenta la diversidad de edades y niveles de familiaridad con la tecnología.

Uno de los mayores problemas identificados es la digitalización desordenada de servicios, especialmente en el ámbito financiero y comercial. La oferta de alternativas online no ha sido diseñada teniendo en cuenta la accesibilidad de los mayores, lo que deja a muchas personas enfrentándose a interfaces complejas y procedimientos poco intuitivos. Esta falta de adaptación a las necesidades de la población mayor crea barreras significativas para acceder a servicios básicos, desde la gestión de cuentas bancarias hasta la compra de bienes y servicios cotidianos.

UNATE, consciente de estos desafíos, destaca la necesidad de abordar la brecha digital de manera sistemática y proactiva. La primera recomendación es sentarse y escuchar a los mayores. La comprensión de sus experiencias y necesidades es fundamental para diseñar soluciones efectivas. A continuación, se presentan cinco claves para remediar la brecha digital en Cantabria:

1. Comprensión de la situación:

Es esencial que las entidades, tanto públicas como privadas, comprendan la situación específica de las personas mayores en relación con la tecnología. Esto implica realizar estudios y encuestas que permitan obtener una visión detallada de sus habilidades digitales, las barreras que enfrentan y sus expectativas en términos de servicios online.

Esta comprensión puede ser el punto de partida para adaptar los servicios digitales de manera más efectiva, teniendo en cuenta las capacidades y limitaciones de este grupo demográfico. La empatía y la consideración son fundamentales para superar la brecha digital y garantizar que nadie se quede atrás en la era digital.

2. Simplificación en el Acceso a Plataformas Web:

La complejidad de las interfaces digitales es una barrera importante para las personas mayores. Para remediar esto, es necesario simplificar el diseño de portales web y aplicaciones, priorizando la usabilidad y la accesibilidad. Esto incluye la utilización de fuentes de texto legibles, botones grandes y claros, y un diseño intuitivo que guíe al usuario a través de las diferentes funciones.

La simplificación no solo facilita el acceso a los servicios, sino que también mejora la experiencia digital en general. Al diseñar plataformas que sean amigables para todas las edades, se contribuye a cerrar la brecha digital y se fomenta la inclusión digital de los mayores.

3. Conectividad en Zonas Rurales:

La brecha digital no solo se manifiesta en términos de acceso a dispositivos y conocimientos tecnológicos, sino también en la disponibilidad de conectividad, especialmente en zonas rurales. Garantizar que Internet llegue a todas las áreas, incluso las más remotas, es crucial para que las personas mayores puedan acceder a servicios online sin restricciones geográficas.

Las inversiones en infraestructura de red y la expansión de la cobertura de banda ancha son medidas necesarias para cerrar esta brecha geográfica. La conectividad no solo facilita el acceso a servicios digitales, sino que también abre oportunidades en términos de telemedicina, educación a distancia y participación en la vida digital.

4. Educación Digital Inclusiva:

La falta de familiaridad con la tecnología es otro obstáculo significativo para las personas mayores. La implementación de programas de educación digital inclusiva es fundamental para mejorar las habilidades tecnológicas de este grupo demográfico. Estos programas deben adaptarse a las necesidades específicas de los mayores, ofreciendo formación en un formato accesible y en un ritmo adecuado.

La educación digital no solo se limita a la enseñanza de habilidades técnicas, sino que también incluye la concienciación sobre la importancia de la tecnología en la vida cotidiana y cómo puede mejorar la calidad de vida. La formación continua y el apoyo son esenciales para que las personas mayores se sientan cómodas y competentes en el entorno digital.

5. Colaboración entre Sectores:

Abordar la brecha digital requiere una colaboración efectiva entre los sectores público y privado, así como la participación activa de organizaciones de la sociedad civil y la academia. La creación de alianzas estratégicas puede facilitar la implementación de soluciones integrales que aborden los diversos aspectos de la brecha digital.

La colaboración entre sectores también puede llevar a la creación de iniciativas conjuntas, como programas de voluntariado, en los que jóvenes con habilidades digitales puedan ayudar a las personas mayores a familiarizarse con la tecnología. Estas iniciativas no solo impulsan el cierre de la brecha digital, sino que también fomentan la intergeneracionalidad y fortalecen los lazos comunitarios.

En Cantabria, remediar la brecha digital para la generación mayor es un desafío que requiere acciones coordinadas y adaptadas a las necesidades específicas de este grupo demográfico. La comprensión, la simplificación, la conectividad, la educación y la colaboración son claves esenciales para garantizar que la era digital sea inclusiva y accesible para todas las edades. Al abordar estos aspectos, se puede construir un futuro digital en el que nadie se quede atrás.

La Fundación EDP apoya con un millón de euros catorce proyectos para transición energética justa

La Fundación EDP ha presentado , en el Centro Botín de Santander, los proyectos y entidades seleccionados en el programa EDP Energía Solidaria 2023, una iniciativa que promueve una transición energética justa en España con el objetivo de impulsar un cambio hacia una sociedad más inclusiva. En el evento, todas las organizaciones han tenido la oportunidad de exponer sus iniciativas y de intercambiar impresiones. Además, dos entidades cántabras, UNATE y Red Cambera, apoyadas en la edición anterior, han mostrado la evolución de sus iniciativas gracias al apoyo del programa. Después se ha celebrado una mesa redonda con los miembros del jurado de esta edición bajo el título “Desafíos de la innovación social en los temas de la Transición Energética Justa".

La Fundación EDP tiene como objetivo reforzar el compromiso del Grupo EDP en los ámbitos geográficos en que desarrolla su actividad, con especial atención a las áreas educativa, cultural, social y medioambiental dentro de una perspectiva de desarrollo sostenible global, en el que la generación y utilización eficiente y responsable de la energía juega un papel determinante.