EDUCACIÓN

¡Prohibidos los móviles en clase! La nueva norma que los profesores temen al no saber como aplicar

Los móviles y relojes inteligentes ya no están permitidos en las aulas. La nueva medida busca mejorar el ambiente escolar, pero genera dudas entre el profesorado

Katia Nogueira Pi

Santander - Publicado el

3 min lectura

      
      
             
      

El curso escolar 2024-2025 arranca con una medida que ha generado tanto aplausos como preocupación: la prohibición de móviles y relojes inteligentes en los colegios. Si bien esta regulación busca mejorar el clima en las aulas y fomentar una convivencia más saludable, no todos los actores educativos están de acuerdo con su implementación y las posibles consecuencias que conlleva.

La normativa se aplica, de manera estricta, en Educación Infantil y Primaria, aunque como también ha dejado claro el consejero de educación, Sergio Silva, también es obligatorio en Secundaria. El objetivo es claro: reducir las distracciones en el aula, mejorar la atención y fomentar una mayor interacción entre los estudiantes. Con los móviles fuera del juego, se espera que los alumnos se concentren más en las actividades escolares y en las relaciones cara a cara con sus compañeros.

Además, la prohibición apunta a combatir problemas como el ciberacoso o la dependencia tecnológica. Al reducir el tiempo de pantalla durante las horas escolares, se pretende crear un entorno más enfocado en el desarrollo académico y personal.

La otra cara de la moneda: retos para los docentes

Aunque esta medida tiene buenas intenciones, ha despertado preocupaciones, especialmente entre los docentes. El sindicato ANPE Cantabria ha expresado su apoyo a la normativa, pero también ha lanzado una advertencia: los profesores necesitan respaldo legal ante los desafíos que puedan surgir al aplicar la prohibición.

Uno de los mayores retos será la confiscación de los dispositivos. ¿Qué sucede si un alumno se niega a entregar su móvil? ¿Quién es responsable si el dispositivo confiscado se pierde o se daña? Estos son algunos de los interrogantes que plantea ANPE, exigiendo que se establezcan protocolos claros de requisa y custodia para evitar problemas legales con las familias. Los docentes, afirman, no pueden cargar con la responsabilidad económica y legal de manejar dispositivos de alto valor.

Según ha explicado el consejero en Cope, cada centro educativo contará con cierta autonomía para adaptar la normativa a sus circunstancias, pero la clave está en cómo se llevará a cabo la implementación. Explicar la regla, asegurarse de que sea viable y evitar conflictos será un trabajo adicional para los equipos directivos y docentes.

      
             
      

El problema que señala ANPE es que la prohibición de móviles no es solo una cuestión de establecer una regla, sino de asegurarse de que los profesores tengan herramientas y apoyo para hacerla cumplir sin poner en riesgo su labor educativa ni su tranquilidad. Hasta ahora, los centros han tenido libertad para desarrollar sus propios protocolos, pero la petición es clara: se necesitan directrices más detalladas para evitar que la medida se convierta en una fuente de problemas.

Niños en las aulas

Un esfuerzo conjunto con las familias

Para que la prohibición funcione, es imprescindible la complicidad de las familias. No basta con que en los colegios se impida el uso de móviles si en casa los padres no refuerzan esa misma idea. Es más, muchos ven en esta medida una ayuda para las familias, que pueden apoyarse en la normativa escolar para limitar el uso de dispositivos por parte de sus hijos.

Sin embargo, aquí también surgen dudas. ¿Están todas las familias de acuerdo con que el móvil no se utilice en el entorno educativo? Para algunos, estos dispositivos son herramientas útiles que, en ocasiones, pueden contribuir al aprendizaje. Aun así, la norma general establece que solo podrán utilizarse en situaciones pedagógicas concretas, siempre y cuando estén justificadas en la programación educativa.

      
             
      

Lo cierto es que la prohibición de móviles y relojes inteligentes plantea grandes retos logísticos y de convivencia. Aunque la norma es clara –los dispositivos no se pueden usar en horario escolar ni dentro del recinto–, la realidad es que su implementación no será tan sencilla. La clave para su éxito está en garantizar un equilibrio entre la autoridad de los docentes, el respaldo de las instituciones y la comprensión de las familias.