La razón por la que una mujer cartera de Cantabria añora sus comienzos en el trabajo: "Ese aparato"
Este miércoles se celebra el 'Día Mundial de mandar una carta a un amigo', una sana costumbre, que con el paso de los años parece ir cayendo en desuso
Santander - Publicado el - Actualizado
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En un mundo donde la velocidad y la conveniencia son moneda corriente en la comunicación, un pequeño rincón de Cantabria se aferra con nostalgia a una tradición que parecía condenada al olvido: el arte de enviar cartas escritas a mano. Mientras los avances tecnológicos han transformado nuestra forma de conectarnos, el Día Mundial de Mandar una Carta a un Amigo nos recuerda la belleza y el valor de las palabras plasmadas en papel, y en la villa de San Vicente de la Barquera, esta tradición aún respira gracias a personas como Ana Isabel, cuya labor como cartera ha sido testigo de los cambios en el mundo postal.
En un recorrido por las calles empedradas de San Vicente de la Barquera, Ana Isabel nos guía a través de una travesía nostálgica por los días en que las cartas eran el medio principal de comunicación entre amigos y familiares distantes. "Recuerdo el bullicio en la oficina de correos, la emoción de entregar un sobre sellado con noticias de un ser querido", comparte Ana Isabel mientras reparte el correo del día.
Con más de treinta años de experiencia como cartera, Ana Isabel ha sido testigo de cómo el paisaje postal ha cambiado drásticamente con el auge del comercio electrónico. "Los paquetes se han convertido en los reyes indiscutibles de los envíos", admite con una sonrisa melancólica. Sin embargo, a pesar de esta transformación, Ana Isabel añora el correo de antes. Ahora todo está más informatizado, y ella se siente más clásica. La llegada de las PDA y la irrupción de los paquetes, han sustituido al boca a boca, la firma en mano y las cartas.
En los últimos años, la carta física ha sido relegada a un segundo plano por la inmediatez de las comunicaciones digitales. El correo electrónico, los mensajes de texto y las redes sociales han simplificado la forma en que nos comunicamos, pero también han restado parte de la intimidad y el valor emocional que una carta escrita a mano puede transmitir. Es en esta brecha entre lo rápido y lo significativo donde la carta física encuentra su espacio, recordándonos la importancia de detenernos y reflexionar sobre nuestras palabras antes de plasmarlas en papel.
Aunque el número de cartas enviadas cada año ha disminuido drásticamente, el Día Mundial de Mandar una Carta a un Amigo nos invita a reavivar esta antigua costumbre y a redescubrir el placer de recibir una carta en el buzón. En Cantabria, el legado de las cartas escritas a mano se mantiene vivo gracias al trabajo incansable de personas como Ana Isabel, cuya dedicación y amor por su oficio mantienen viva la llama de la nostalgia en cada sobre entregado.
En una época marcada por la rapidez y la eficiencia, recordemos el poder de las palabras escritas y la magia de recibir una carta en el buzón, un tesoro atemporal que trasciende las fronteras del tiempo y la tecnología. Que en este día especial, celebremos la conexión humana y la belleza de la correspondencia escrita a mano, y que en Cantabria y en todo el mundo, las cartas sigan siendo un puente entre corazones distantes.