Medio rural
Espárragos trigueros, de fuente nutricional humana a amoroso presente
Los espárragos siguen siendo una atracción y la manera de demostrar la pertenencia a un pueblo
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Recientemente, Rufino Acosta, doctor en Antropología Social y profesor en el Departamento de Antropología Social de la Universidad de Sevilla, invitado por la Sociedad de Etnobiología impartía la conferencia titulada 'La dinámica de las relaciones humanos-espárragos: la importancia sociosimbólica de la recolección".
Esta semana hemos hablado con Rufino Acosta sobre esa conferencia basada en un estudio, que se puede consultar al final del texto.
El estudio se centra en la zona extremeña de Sierra Morena, dónde la dehesa predomina en el paisaje, aunque se podría extrapolar a nuestra provincia, y a muchas otras, con bosque mediterráneo, donde también en épocas de necesidad, espárragos silvestres y hierbas comestibles, como las collejas, o las setas y los hongos han servido de alimento.
Como nos cuenta Rufino Acosta, afortunadamente ahora no hay hambre, pero los espárragos siguen siendo una atracción y la manera de demostrar la pertenencia a un pueblo, a pesar de haberlo dejado para vivir en la ciudad, la manera de demostrar que se sigue unido al terreno, y es además un modo de mostrar nuestro amor a nuestros vecinos y amigos.
Acosta nos cuenta que la recolección de espárrago se ha convertido en una manera de ocio, y cuanto más ha aumentado su recogida, más se ha propagado, de modo que se puede concluir que a esta planta silvestre de sabor amarguillo y cargada de minerales y fibra, le viene muy bien la interacción con el ser humano.