FERIA TAURINA

AUDIOCRÓNICA | Una Feria Taurina por debajo de lo esperado

Lorenzo del Rey (texto y audio), Leo Cortijo y Julio Martínez analizan el computo general de las 10 corridas de la Feria Taurina de Albacete 2019

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Cuando todavía no se han transcurrido 24 horas desde que el último toro de la feria de Albacete en honor de la Virgen de los Llanos saltase a la arena albaceteña, es tiempo de reflexión y análisis de un abono que no pasará a la historia precisamente por su brillantez ni por su buen resultado artístico. Ha sido un serial que se ha terminado haciendo largo y que nunca ha terminado de remontar el vuelo.

¿Cómo llegamos a esta conclusión? Retrocedamos en el tiempo. Los carteles inicialmente presentados resultaron de un tono conservador, sin riesgos ni guiños fuera de lo habitual, sumando la ausencia de una corrida de corte torista. Tras esto, Roca Rey cortó la temporada por lesión, lo que si bien se produjo una vez finalizado el período de renovación de abonos, esto sí que se ha traducido luego en esa ausencia de un 20% de aforo del efecto llamada que hubiera hecho que el coso de la calle Feria luciese espectacular en el tendido porque, recordaremos, no se ha colgado el “no hay billetes” esta feria, habiendo buena afluencia en general, máxime si lo comparamos con otras plazas similares donde apenas se cubre la mitad de aforo contando con varias figuras en un cartel, por lo que si Albacete se ha mantenido en nivel similares a los de otros años en cuanto a número de entradas y abonos contando con unos carteles que no han resultado nada del otro mundo, se demuestra que la afición en nuestra ciudad y provincia goza de una salud envidiable.

¿Qué más ha sucedido? La lesión de Ureña en Palencia y la de David de Miranda hicieron poner en duda su participación en nuestro abono, lo que tampoco ayudó a paliar esa sensación reinante de que habían gafado a la feria, percepción que aumentó tras la suspensión del día 13 de septiembre (uno de los carteles estrella del ciclo con El Juli, Manzanares y Ureña) y la continua amenaza de lluvia en varias tardes, lo que seguramente frenó que muchos aficionados se acercasen hasta las taquillas de nuestra plaza de toros. A veces las ferias son estados de ánimo y eso se percibe tanto dentro como fuera de la plaza.

Y tras lo ambiental y la cartelería, ¿cómo ha ido en el apartado artístico? En primer lugar, en lo estrictamente ganadero, ha sido una feria muy desigual en cuanto a la presentación de las novilladas y corridas, donde apenas hubo corridas parejas de hechuras y había mucha variación entre unos ejemplares y otros incluso en el mismo día. Es algo que se debe cuidar especialmente en nuestro coso porque ya se sabe que lo que está bien hecho, bien parece. Su juego ha sido muy pobre: Daniel Ruiz, Alcurrucén, Juan Pedro Domecq y Montalvo estuvieron muy lejos de ser corridas bravas y encastadas, estando cerca del aprobado únicamente la de Torrestrella. Algún toro interesante en la muleta como los de El Tajo y La Reina, uno de Torrestrella y otro más de Juan Pedro y Montalvo. Cuiden al toro y la Fiesta se cuidará sola.

En cuanto a los toreros, destacar que los locales han tenido un papel importante, siendo Rubén Pinar, Sergio Serrano y José Fernando Molina los firmantes de las actuaciones más destacadas. Pinar con su encerrona, Serrano con una buena faena que por desgracia no pudo ser refrendada con la espada, y Molina triunfando pero sin llegar a arrollar como hiciera el año pasado, son por méritos propios nombres que han cumplido. De los foráneos, Diego Ventura dio una nueva lección de toreo a caballo, Sebastián Castella cortó dos orejas en una labor entonada aunque sin ese punto de contundencia que sí tuvo la de Emilio de Justo el día anterior, firmando una faena llena de toreo de verdad por clásico, puro y sentido, sellado con una estocada tirándose a matar o morir. ¿El resto? Cortaron una oreja Cristián Pérez, Sergio Felipe, Jesús Moreno, Enrique Ponce, Álvaro Lorenzo, San Román, Diego Carretero y Ginés Marín, siendo Diego Ventura con dos, las mismas que José Fernando Molina, De Justo, Castella y ocupando el pódium orejero, Rubén Pinar con cuatro trofeos, sumando el cómputo de orejas cortadas un total de 20 apéndices, un registro más bien bajo, comparable al logrado en 2009, donde se alcanzaron los 20 trofeos, y muy lejos de las 39 orejas y un rabo que se obtuvieron en 2017. ¿A qué es debido esto? ¿Peor juego de los toros y unos toreros pocos entonados? ¿Mayor rigor presidencial? Pues, de todo un poco.

¿Qué decir de los presidentes de la plaza de toros de Albacete, Joaquín Coy y Genoveva Armero? En primer lugar, ha dado la impresión de que Coy ha sido digamos el usía más generoso con la concesión de los trofeos –incluso algunos con peticiones muy minoritarias- mientras que Armero ha sido más rigurosa a la hora de mostrar el pañuelo blanco. Sobre los reconocimientos en corrales, apenas ha habido problemas en los corrales, si bien con ambos han salido por chiqueros algunos toros impropios de esta plaza: Juan Pedro Domecq y Montalvo, por citar un par de ejemplos. Centrándonos en Genoveva Armero, es cierto que ha mantenido su criterio a la hora de conceder o no orejas, lo que ha servido para confirmar su forma de actuar en el palco, intentando aportar seriedad, cosa que se agradece. Por otro lado, en su hacer presidencial ha habido cuestiones mejorables, como por ejemplo la falta de celeridad a la hora de mostrar el pañuelo verde tras partirse el cuerno el novillo “Encantador” el pasado 12 de septiembre, o la imagen dada ese mismo día con ese novillo “Talaverano” sustituto del anterior y que fue devuelto a corrales por los desatinos a espadas de San Román: no por dar los tres avisos, siendo la razón porque la imagen del puntillero de calle, intentando apuntillar durante varios minutos que se hicieron demasiado largos, no es la mejor que puede transmitir nuestro coso. No es responsabilidad directa de la presidenta, pero sí sería recomendable que entre todos se cuidase el no transmitir esa imagen hacia el exterior de una feria como la nuestra.

¿Y ahora, qué? Fin de la etapa Lozano en Albacete y es tiempo de redactar un nuevo pliego de condiciones para la adjudicación y explotación de la plaza de toros los próximos años. Ese documento crucial es la clave y la madre del cordero. Del espíritu de sus letras se adivinará el futuro que le espera a nuestra plaza. No debe ser un pliego a medida de tal o cual empresa, eso no puede traer nada bueno al porvenir taurino albaceteño. Piensen en lo que se ha logrado y lo que se tiene ahora mismo: 1035 abonos a 48 euros para jóvenes, desempleados y jubilados; política de precios racional con un coste mucho menor que el de otras plazas de segunda que antaño eran consideradas mejores que las de Albacete por su relación calidad-precio y en la actualidad son cosos en horas bajas; piensen en el nivel del toro y de la calidad de toreros que acuden y se anuncian en nuestra plaza; y es que, en general, la actual empresa Lozano ha logrado que Albacete goce de un prestigio que hay que mantener cueste lo que cueste. Es preciso redactar un pliego realista con la situación económica, social y taurina actual, que vele por el interés de los abonados y aficionados, y que mantenga lo bueno conseguido hasta la fecha y cambie lo que hay que mejorar para que Albacete siga siendo una de las ferias más importantes del mes de septiembre. Hacer lo contrario será un error de bulto imperdonable que puede dar al traste con el buen nombre de nuestra plaza. La partida empieza ahora y esperemos que nadie juegue con un as bajo la manga. Y por cierto, una pregunta final: ¿se jugará con baraja española o con baraja francesa? Quedamos a la espera.