QUINTA DE ABONO

Puerta grande del siglo XXI

Miguel Ángel Perera, al cortar dos orejas al cuarto, y Juan Leal, logrando un trofeo en cada toro, salen a hombros de la plaza de toros de Albacete

Perera y Leal salen a hombros en Albacete

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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¿Cómo explicar de nuevo que dos toreros triunfaron en el cuarto festejo del abono y que ninguno de ellos logró la unanimidad entre el púbico presente? Cierto es que fueron dos actuaciones distintas, donde al menos el pacense Miguel Ángel Perera toreó templado y mostrando una manifiesta superioridad, terminando con una estocada que casi dio en la diana. Lástima que enfrente no tuviese enemigo debido a la falta de poder y casta del toro, y eso restó argumentos de peso para poner a todo el mundo de acuerdo y que nadie pudiese discutir ese doble trofeo.

Juan Leal le acompañó en la salida a hombros con la modalidad de oreja y oreja. Ginés Marín poco pudo hacer con su lote y la corrida de La Palmosilla estuvo ciertamente lejos de aprobar ya que fue floja y descastada.

Porque parece que si un torero se empeña y muestra su voluntad de agradar, con independencia del juego de los toros, el exhibir un querer a base de insistir ya parece que computa igual que una faena de bella factura. Y si encima mata bien -que a veces ni eso- las orejas llegan casi por obligación tras pedirlas la afición por mayoría. ¿Y en qué se traduce esto? Pues en una plaza anteriormente dura y exigente que ha mutado, lenta pero inexorablemente, en un coso amable donde ahora cuesta menos triunfar.

Quizás sean los tiempos que nos tocan vivir, que no son mejores y peores, únicamente diferentes. Y diferentes a valorar con mesura y en su justa medida una actuación que no pasa del aprobado, todo hay que decirlo. Lo mejor, los dos tercios de entrada logrados en un cartel de transición, porque si la gente va a los toros en Albacete, eso siempre da esperanza. Y es lo último que se pierde, a pesar de todo.

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