El gol justifica los medios

Tiempo de Feria, de fiesta, de resaca, de la última y nos vamos, de '¡Jolines! Qué frio hace desde aquí arriba' en la noria, y también, quién nos lo iba a decir, de ganar en Riazor.

Victoria que celebramos bailando unas manchegas desde el 'pincho', porque Albacete está en llano, Chinchilla en cuesta, y también cuesta todavía ver los partidos del Alba 19/20. Porque sí, bebamos para celebrar la victoria, porque terminamos la jornada a un punto de playoffs y a 3 del descenso, porque llevamos el 50% de los puntos en juego, pero si nos tuvieramos que beber un chupito por cada ocasión de los de Ramis habría que instaurar la Ley Seca en las carpas.

Al equipo le cuesta generar peligro, conectar con los de arriba, pero la mejor dupla de fichajes de este verano volvió a ser clave. ¿Olabe y Ojeda? no, la suerte y el VAR. Dos larguerazos volvieron a cubrir las espaldas de Tomeu, y este año sí, la mayoría de jugadas de Zozulia con los defensas rivales en el área podrán ser penalizadas como hacer botellón en los alrededores de la Plaza de Toros de Albacete. Y además de los 3 puntos, se pudieron ver los primeros minutos de Eddy Silvestre y tambien que Kecojevic ha venido a partirse la cara por el equipo, literalmente.

Lo que está claro es que este equipo es eficaz. Escribía Maquiavelo un libro llamado El Principe que venía a ser un ideario de aquello de "el fin justifica los medios". En este caso el principe es Ramis, y su máxima "El gol justifica los medios". Da igual no jugar a nada, que siga dando oportunidades a jugadores más perdidos que un chino en los redondeles, el gol nunca había sido tan eficaz. Dos goles en cuatro partido, ninguno en jugada, y 6 puntos, el valor del gol a la enesima potencia. Nunca con tan poco se había conseguido tanto, quizás Anne Hathaway con sus 5 minutos en 'Los Miserables' que le valieron el Óscar, podría igualar a este Alba.

De momento, mantenemos al 'principe' Ramis en el trono, pero este reino quiere pan y goles. Próxima parada Tenerife después de una semana de Feria y a esperar que nadie confunda la Ciudad Deportiva con la barra de una carpa.