Lorenzo Ruiz, el "sastre" de los armaos calatravos

En su taller de Calzada de Calatrava elabora las armaduras con las que desfilan en Semana Santa

José Manuel F. Almazán

Ciudad Real - Publicado el - Actualizado

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Los armaos (personajes con armaduras de latón y acero inoxidable cuyo origen se remonta a las secciones militares de cofradías de los siglos XVI y XVII) son santo y seña de la Semana Santa Calatrava.

Hablamos en muchas ocasiones de los armaos, de hecho, mañana mismo una representación de los mismos desfilará en Roma delante del Papa, pero hoy nos hemos querido detener en su indumentaria. En esas armaduras, cascos, puños, que lucen orgullosos durante la Semana de Pasión.

En Calzada de Calatrava encontramos un pequeño taller donde se confeccionan estas armadoras. Lorenzo Ruiz Trujillo es herrero de profesión y las elabora desde hace muchos años.

Y cómo es el proceso de confección de una armadura. “Hay que medirlo bien, como si fuese un sastre, y poco a poco ir probándoselas para ir acoplando, por ejemplo, la chapa. “El cliente se tendrá que probar tres o cuatro veces hasta que quede perfecto”.

Y cuál es la pieza que cuesta más elaborar. “El casco, el casco buzo, porque lleva más trabajo, más adorno en latón y va más elaborado los dibujos, aunque a la hora de armarlo lleva más trabajo que el pecho y la espalda”.

Su vestidura resulta peculiar, generalmente de rojo, portando armas blancas, lanzas, alabardas

Lorenzo es de los pocos maestros que quedan en España y añade que la gente joven no se quiere dedicar este oficio.

Para este año Lorenzo ha hecho dos armaduras nuevas. Una para Calzada y otra para Moral. “Y he restaurado trece también para Moral”.

¿Y cuánto puede costar una armadura? “Desde 1.400 euros para arriba, ya según lo que quiera cada uno, a gusto de los adornos que quiera llevar”.

Los Armaos en la Semana Santa Calatrava

La reminiscencia del Antiguo Imperio Romano se instala en las estancias de las casas calatravas donde los artífices de la Semana Santa, nuestros soldados romanos, se arman de grandeza para convertirse en los actores inolvidables de este acontecimiento de gran trascendencia para la cristiandad.

Estos pintorescos individuos tienen su origen en las secciones militares de numerosas cofradías del s.XVI y XVII. Soldadescas que aunaban el ambiente militarizado de la época, derivado de la Iglesia postridentina, junto al ideal caballeresco impregnado en la Orden de Calatrava gracias a sus frailes, mitad monje y mitad soldado; siempre afanados en combatir el mal contra el espíritu cristiano.

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