VACUNACIÓN COVID

Manuela Barco: "Abrazar a mis hijos, eso es lo que más deseo"

Con 92 años de edad y residente de la Ciudad de Matrimonios Ancianos de Ciudad Real, Manuela ha recibido hoy la segunda dosis de la vacuna contra el coronavirus

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La provincia de Ciudad Real ha iniciado hoy jueves la segunda fase de la vacunación frente al SARS-CoV2 a residentes y trabajadores de los centros sociosanitarios de mayores, tras completar el periodo de 21 días desde la primera dosis de las que se han beneficiado casi 10.000 personas (9.952) incluidas en el colectivo diana de la primera fase del operativo diseñado en el marco de la Estrategia Nacional frente de Vacunación frente a la Covid-1.

La primera entrega de vacunas se realizó en el centro sociosanitario Ciudad de Matrimonios de Ciudad Real, donde se ha iniciado la segunda fase vacuna con la residente Magdalena Acosta, de 100 años de edad.

Y poco después le tocaba el turno a Manuela Barco que, con 92 años recién cumplidos, se mostraba ante los medios de comunicación "muy contenta" de haber recibido esta segunda dosis de la vacuna de Pfizer.

DESDE FEBRERO DE 2020 EN LA RESIDENCIA

Manuela nos contaba que "se encuentra muy bien", que "no le dolió la primera dosis y tampoco le ha dolido esta segunda", y que si le dicen que "ya con esta el bichito no le puede venir, pues encantada de la vida".

Esta nonagenaria, que lleva en la Ciudad de Matrimonios Ancianos de Ciudad Real desde febrero de 2020, donde iba a vivir con su marido que, desgraciadamente, falleció poco antes de esa fecha, ha explicado que "antes de empezar a vacunarnos le pregunté a mis hijos que qué les parecía. Ellos me dijeron que no me podían aconsejar, que lo que yo decidiera. Y luego ya pensé: pues si me tengo que morir, si es ahora, ahora. Y me la puse".

ABRAZAR A SUS HIJOS, SU MAYOR DESEO

Manuela, que no ha pasado la enfermedad de la COVID-19, asegura estar "muy a gusto en esta residencia, porque son "como una nueva familia p ara mí", ha afirmado, emocionada, que lo que más desea es "volver a abrazar a sus hijos".

"Les he visto dos o tres veces a través de la verja y por la ventana. Pero yo dentro y ellos fuera....no es lo mismo" asegura Manuela.

"Ojalá y María Santísima ponga sus manos... porque esto ya es un sacrificio muy grande para todos" concluía Manuela.