La Diócesis de Ciudad Real destinó casi el 30% de sus recursos en 2017 a atender a los más necesitados
Según los datos dados a conocer con motivo del Día de la Iglesia Diocesana 2018, que se celebra este domingo
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Casi 5 millones de euros, prácticamente el 30% de los recursos recibidos el año pasado por la Diócesis de Ciudad Real, fueron destinados a actividades asistenciales, es decir, la atención a las personas más necesitadas.
Es uno de los datos que hoy hemos conocido con motivo de la celebración, este domingo, del Día de la Iglesia Diocesana, que busca que seamos conscientes de nuestra pertenencia a la Iglesia como creyentes y de que estamos llamados a colaborar también económicamente.
La mayor parte de los ingresos que la Diócesis obtuvo el año pasado, el 68,74%, ha asegurado la gerente, Isabel Oviedo, fueron de aportaciones voluntarias de los fieles. Con ello, ha asegurdo, se atienden diferentes realidades sociales “no sólo en los centros de acogida a personas sin hogar o con adicciones, sino también directamente a las familias”.
La siguiente partida de ingresos, en cuanto a importancia en cifras absolutas es la asignación tributaria: en 2017 ha supuesto el 16% de la totalidad de los recursos. Es esencial que sigamos colaborando con nuestra Iglesia con el gesto tan sencillo como importante de marcar la casilla de la asignación tributaria en la declaración de la renta.
Y el 15 % restante, prácticamente tiene su origen en subvenciones recibidas de organismos públicos. Todas las subvenciones que la Iglesia de Ciudad Real recibe de la Administración Pública, son finalistas, es decir, que son concedidas para atender, en el 99% del importe a personas en situación de exclusión social.
GASTOS
La mayor parte de los recursos recibidos durante 2017, como ya apuntaba Oviedo anteriormente, han sido destinados a actividades asistenciales, para atender las necesidades de los excluidos de la sociedad. En segundo lugar según el importe invertido, están las actividades pastorales con un 22.43%. La misión evangelizadora de la Iglesia de llevar el mensaje liberador de Cristo a la sociedad.
En la Iglesia también presentan sus servicios laborales seglares, cuyo coste ha supuesto casi 2.200.000 €. Los sacerdotes de nuestra diócesis, perciben todos la misma dotación con independencia de la responsabilidad que tengan, como testimonio de entrega y gratuidad. El coste total ha sido de 1.629.665 €.
Otra partida considerable de gastos es el mantenimiento de edificios, construcción de otros nuevos y, sobretodo la rehabilitación de templos y ermitas. Durante 2017 en total se han invertido 2.634.997, que representan el 15.66%.
La Iglesia en Ciudad Real, paga sus impuestos, concretamente de IVA durante 2017 la cifra oscila sobre los 2.400.000 €.
Estos datos demuestran, en palabras del delegado diocesano de medios de comunicación, Miguel Ángel Jiménez, que “las cuentas de la Iglesia son claras y públicas, y quien se empeña en decir que es opaca y poco transparente, es porque no va a la Iglesia”.
DÍA DE LA IGLESIA DIOCESANA
«Todos los bautizados somos hijos de un mismo Padre y hermanos entre nosotros. Todos somos una familia contigo, la gran familia de los hijos de Dios, que es la Iglesia». Así lo explica nuestro obispo, Mons. Gerardo Melgar, en la carta que nos dirige para este próximo domingo con motivo del Día de la Iglesia Diocesana y que busca que seamos conscientes de nuestra pertenencia a la Iglesia como creyentes. Estamos llamados a colaborar con nuestras cualidades, nuestro tiempo, nuestra disponibilidad, nuestra oración y, también, con nuestra colaboración económica.
En Ciudad Real hay algo más de 500.000 habitantes, la mayor parte bautizados. Este día es, según el nuevo ecónomo de la Diócesis, Jesús Álvarez, una llamada para que todos nos sintamos parte activa de la familia de los hijos de Dios. Igual que no nos desentendemos de nuestra familia humana, de sus necesidades, de su historia, de su situación, tampoco nos desentendemos de nuestra familia que es la Iglesia. La demanda de servicios religiosos indica una sed profunda de Dios y de respuesta de sentido ante las múltiples vivencias del ser humano. Ahí, en ese contexto es donde hay que situar la vida de la Iglesia en todos los ámbitos de su acción.