COVID-19

COVID-19: ¿Por qué en unos casos se recurre a la PCR y en otros a una muestra de sangre?

El Consejo General de Enfermería elabora una infografía y un vídeo para resolver las dudas que tienen los ciudadanos sobre el diagnóstico del coronavirus

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

¿Por qué en unos casos se recurre directamente a la PCR y en otros a una muestra de sangre? ¿Cómo se interpretan los resultados de los test de anticuerpo? La pandemia por COVID-19 ha generado una gran incertidumbre entre los ciudadanos que se han visto obligados a adaptar su estilo de vida y formas de trabajar y de relacionarse con los demás, llegando a incluir en sus conversaciones un vocabulario científico hasta ahora poco habitual.

Así, no es extraño escuchar hablar de PCR, test rápidos o anticuerpos en lugares como la cola del supermercado, la terraza de una cafetería o la puerta del colegio. Y en todas ellas, lo que trasciende es que existen muchas dudas en todo lo que se refiere al diagnóstico del COVID-19.

Por ello, el Consejo General de Enfermería y su Organización Colegial, en línea con las campañas que han puesto en marcha desde el inicio de la pandemia para informar a la población sobre cómo actuar en los distintos escenarios, difunden ahora un nuevo material, en esta ocasión, con el objetivo de solucionar todas las dudas de los ciudadanos sobre las distintas técnicas diagnósticas que actualmente se están empleando en el COVID-19 y cómo interpretar los resultados.

La enfermera del Consejo General de Enfermería, María Enrique, lo explicaba en los micrófonos de COPE Cuenca:

PCR y nuevo test rápido

Tanto en la infografía como en el vídeo de esta nueva campaña se explican cuáles son los distintos tipos de técnicas diagnósticas, virológicas y serológicas, que en estos momentos se emplean para la detección del COVID-19.

Así, dentro de las primeras, se hace hincapié en la PCR, por ser esta actualmente la que ofrece mayor certeza diagnóstica para saber si una persona tiene la infección activa en ese momento.

Las pruebas virológicas parten del análisis de muestras del tracto respiratorio. Para tomar las muestras del tracto respiratorio superior se utiliza un hisopo -especie de bastoncillo- y habitualmente se recogen de la nariz o la boca y la garganta, aunque en determinados pacientes, por ejemplo, aquellos más graves, suele recurrirse al tracto respiratorio inferior.

En estos momentos, es preciso esperar varias horas e incluso días para conocer el resultado de la PCR, por ello, se está trabajando en la introducción de nuevos test rápidos de antígenos: parten de este mismo tipo de muestras, pero son capaces de proporcionar un resultado en menos de 30 minutos.

Pruebas serológicas

Del mismo modo, dentro de las serológicas, se explican los distintos tipos de pruebas que, en este caso, parten de una muestra de sangre, bien venosa -obtenida mediante la extracción de sangre de la vena- bien capilar -mediante la punción en la yema de un dedo-. Estas permiten identificar si la persona ha estado en contacto con el virus y ha generado anticuerpos.

Interpretación de resultados

Además, se exponen los distintos resultados de estas pruebas y cómo deben interpretarse. De esta forma, el resultado positivo obtenido mediante pruebas virológicas se considera definitivo. El negativo, sin embargo, en algunos casos y previa valoración del profesional sanitario, requiere de la repetición de la prueba.

En el caso de las pruebas serológicas, atendiendo al positivo o negativo de las IgG e IgM, en personas que no presentan síntomas, se explica qué significa cada uno de ellos y cómo actuar en consecuencia:

Si la IgG es negativa y la IgM es positiva es preciso confirmar si la infección está activa, por ello, los profesionales sanitarios valorarán la realización de pruebas virológicas.

Cuando la IgG es negativa y la IgM es negativa quiere decir que no se han generado anticuerpos, por lo tanto, de manera general no es preciso realizar más pruebas.

Ante un resultado IgG positivo e IgM negativo tampoco hay que realizar más pruebas, pues significa que la infección ha pasado.

El cuarto supuesto, cuando ambas, IgG e IgM son positivas, el profesional sanitario valorará en cada caso la necesidad o no de realizar más pruebas adicionales.

¿Cuándo hacer cada prueba?

“Una de las principales dudas que tienen los ciudadanos se refiere a por qué en unos pacientes se emplea la PCR y en otras las pruebas rápidas. Este es uno de los aspectos que también explicamos, cuándo recurrir a una u otra técnica”, apunta Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería y de su Organización Colegial.

Así, mientras las pruebas virológicas se realizan cuando la persona presenta síntomas o ha tenido un contacto estrecho con alguien infectado, las serológicas se emplean cuando se quiere saber si la persona ha estado en contacto con el virus y ha generado anticuerpos (o para estudios de seroprevalencia). Por ello, durante el periodo de incubación, aproximadamente, en la primera semana desde la posible infección, se recurre a las pruebas virológicas. Pasado ese tiempo, se recomienda la realización de pruebas serológicas.