Intrahistoria nazarena

Javier Caruda nos recuerda usos, costumbres y anécdotas de otro tiempo

Semana Santa de Cuenca

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La celebración de los desfiles procesionales conquenses parece detener el tiempo en esta pequeña ciudad castellana. De igual manera podríamos afirmar que no hay nada más inalterable que cumplir con una tradición centenaria que pasa de padres a hijos. Pero no es así. La organización de todas y cada una de las procesiones llevan pareja una intrahistoria nazarena que ha ido conformando cada uno de los días nazarenos. Porque, ¿podríamos entender hoy en día una madrugada sin la imagen del Evangelista que tallara Marco Pérez? Ciertamente no. Sin embargo Manuel Sáiz Abad recordaba en “Diario de Cuenca” qué ocurrió cuando fue a recoger la talla: “Llegué a su estudio en Madrid, y cuando vi la talla, sin vestir, me causó una penosa impresión, porque más que un santo parecía un atleta. Pero se me ocurrió ponerle mi abrigo por encima, y la decepción se convirtió en tremenda alegría, al darme cuenta de la hermosura de la imagen”. Menos mal que tuvo esa genial idea.

De un tiempo a esta parte estamos viendo como las diferentes hermandades potencian la iluminación natural (en algunos casos por completo y en otros con un apoyo eléctrico). Sin embargo, durante décadas del siglo pasado no fue así. Tan sólo el paso de Jesús con la Caña realizaba su recorrido procesional iluminado con la llama natural haciendo aún más doloroso contemplar la espectacular talla realizada por Collaut-Valera.

Semana Santa de Cuenca

Y si hablamos de luz, no podemos dejar de contar que la hermandad del Huerto de San Esteban fue la primera que instaló luz eléctrica en sus andas. De hecho, durante muchos años la oliva de este paso así como la del Beso de Judas iban adornadas con una serie de lucecitas verdes que intentaban potenciar el momento reflejado. Los más jóvenes no habéis visto esto. Afortunadamente esta iluminación también pasó de moda.

El visionado de imágenes de nuestros desfiles pertenecientes a los años cincuenta y sesenta nos regala una serie de fotografías con el paso de Jesús Resucitado escoltado por la policía armada. Eso, contemplado con el prisma actual, nos podría llevar a pensar que hubo algún tipo de hermanamiento. Pero no. El baile alegre y desenfrenado característico de esta imagen obligó al gobierno civil a tomar cartas en el asunto y poner dos parejas de la policía armada para controlar el comportamiento de banceros.

La llegada en 1985 del paso de la Santa Cena realizado por Octavio Vicent vino a llenar el hueco creado por la destrucción del mismo paso que, antes de la guerra civil, tallara Marco Pérez. Se caracterizaba el mismo por su grandísimo peso y por la ausencia de policromía. No tardó el conquense mucho tiempo en ponerle un mote cariñoso, pasándose a conocer como la merienda de negros.

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Como todos sabemos la última hermandad incorporada a la Junta de Cofradías es la V.H. de Ntra. Señora de los Dolores y las Santas Marías gracias al impulso joven que ha cristalizado en forma de procesión del Santo Duelo. Pero la década de los noventa del siglo pasado vio también la intentona de creación de una nueva hermandad para la tarde del Miércoles Santo con el nombre de Jesús presentado al pueblo, si bien no llegó a buen puerto.

Y es que detrás de cada hermandad, de cada imagen hay toda una serie de anécdotas que enriquecen la historia de nuestra Semana Santa.

La Diputación de Cuenca patrocina este contenido de la edición digital de La Voz de la Pasión