¿Por qué la Semana Santa se celebra en fechas diferentes cada año?

Todos somos conscientes de que cada año varían en el calendario las fechas más importantes para los cristianos, a saber, la Semana Santa. De hecho, del día de la celebración de estas jornadas dependen un buen número de otras tantas conmemoraciones de calado católico e incluso profano. En este sentido, la Pascua de Pentecostés, el Corpus Christi e incluso eventos tales como el Jueves Lardero o el Carnaval, ven variar su día del calendario por los motivos de la Semana Santa. No obstante, existe una razón histórica para ello y en función de la misma, y no por capricho de nadie, todos, al comenzar el año nos preguntamos seguramente ¿cuándo se celebra este año la Semana Santa?

Para los católicos, la Semana Santa es la celebración más importante del calendario litúrgico porque se recuerda la Resurrección de Jesús. De hecho, durante los tres primeros siglos de la fe era la única fiesta que se celebraba.

El origen de la fecha se debe a que la muerte de Cristo ocurrió cerca de la Pascua Judía. Si uno accede a los evangelios, podrá comprobar que Jesús, en la Última Cena, reúne a sus discípulos para celebrar la fiesta en la que los judíos recordaban su salida de Egipto, la Pascua judía. Una fiesta que era un símbolo importante y que, en función de lo que significaba, renovaban cada año su adhesión al Dios que les había liberado de la esclavitud de Egipto y que se celebraba el día 15 del mes de Nisán, que empieza con la primera luna llena de primavera: es decir, el primer plenilunio de primavera, independientemente del día de la semana que toque.

Con el paso del tiempo, y aunque algunas regiones en el mundo se resistían, la Iglesia comenzó a unificar la fecha de la Pascua. Desde el I Concilio Ecuménico de Nicea en el año 325, la Semana Santa se celebra el primer domingo de luna llena después del equinoccio primaveral (alrededor del 21 de marzo). En este sentido, todos tenemos claro que, pese a que la fecha cada año cambie, el Domingo de Pascua acontece en un paréntesis de 35 días, entre el 22 de marzo y el 25 de abril. Por eso, cuando uno mira al cielo en Semana Santa, siempre comprobará que hay Luna llena, es más, la primera Luna llena de primavera.

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