Calles nazarenas o cómo ha cambiado el recorrido procesional
Hacemos un repaso histórico por los recorridos de los desfiles procesionales de la mano de Antonio Pérez Valero
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Llegadas determinadas fechas no es necesario encender las velas para que la ciudad huela a cera. Y serán en estas mismas fechas (con o sin desfiles procesionales previstos) cuando afloren recuerdos nazarenos en todos cuantos hemos vivido esta manifestación desde que nos alcanza la memoria.
Lógicamente en mi caso los recuerdos más perseverantes son en torno al desfile de la Madrugada, lo cual no es impedimento para añorar (sin nostalgia) otros muchos, como aquellas mañanas de Resurrección cuando tras el Encuentro, alegría, tracas y palomas, retornábamos a casa con el obligado ramillete de churros, que enzarzados con un junco, habíamos adquirido en la Churrería del Tío Santos (la hora de salida del desfile en aquellos primeros años era a las 7 o a las 8 de la mañana).
Eso sí, previamente disfrutábamos del paso del desfile por Carretería.
¡Porque entonces las procesiones se veían en Carretería!
Porque esta calle siempre ha sido la arteria principal de la población, y como tal se convirtió en imprescindible en los recorridos procesionales, independientemente de tratarse de la conexión más lógica entre los accesos a la parte antigua de la ciudad. Pese a que ha ido perdiendo protagonismo en el contexto de los desfiles procesionales (en beneficio de las calles del casco antiguo) son pocos los cortejos pasionales que la han eludido.
Retornando al ya comentado desfile de la Resurrección en su origen recorría únicamente el casco antiguo, tempranamente incorpora a su recorrido el paso por Carretería alterándose posteriormente solo el sentido en que la atraviesa, que depende del lugar en que se produzca el encuentro de sus imágenes. Aquellos primeros años la imagen del Resucitado llegaba al encuentro (actual Plaza de la Hispanidad) por las calles Ramón y Cajal y San Francisco, posteriormente (desde 1957) por Ramón y Cajal, Alférez Rubianes y Cervantes; mientras que la talla Mariana lo hacía por Carretería a la que accedía por Tintes, Parque de San Julián y Doctor Chirino y desde el mencionado año por Tintes, Fray Luis de León y Plaza de la Hispanidad. En el año 1962 se establece esta última plaza como lugar del encuentro y el desfile adquiere el recorrido que efectúa actualmente. En todos los casos tras el encuentro el desfile recorre unificado la calle de Carretería.
Solo uno de los desfiles actuales ha evitado desde su origen su paso por Carretería, se trata del Penitencial de La Vera Cruz en la noche del Lunes Santo que evita casi en su totalidad el recorrido por la parte moderna de la ciudad.
Como contrapartida cuatro de ellos han sido asiduos a su travesía, se trata de los del Perdón, Silencio, Camino del Calvario y En El Calvario. Este último únicamente altero el sentido de la marcha, modificación efectuada desde 1960. En el caso del Camino del Calvario desconocemos el recorrido exacto que pudiera realizar en su nacimiento en el siglo XVII conociendo únicamente que desde el Convento de San Agustín (en la plaza donde actualmente contemplamos el monumento al nazareno) ascendía a la Plaza Mayor retornando posteriormente a su origen, pero sin precisar si lo hacía por Carretería o directamente por La Trinidad.
Por su parte el de Paz y Caridad, incorporó Carretería a su trazado habitual en los primeros años del pasado siglo XX, pues hasta entonces desde su iglesia de origen (la de la Virgen de la Luz) ascendía a la Plaza Mayor por la Trinidad efectuando el retorno por el mismo sitio. Desde entonces descendía por el Peso para efectuar el último tramo del desfile por la parte moderna de la ciudad. A partir del año 2005 introduce la Archicofradía un nuevo cambio que afecta únicamente al sentido en que se realiza el desfile, no a su recorrido.
Omitiendo los cambios en su horario de salida, la Procesión del Santo Entierro, ha sufrido diversas modificaciones en su recorrido. En las primeras noticias que tenemos se iniciaba en El Salvador hacia La Catedral retornando posteriormente a su iglesia de origen sin recorrer la parte moderna. En 1911 cambia el sentido de la marcha y se inicia en El Salvador pero hacia la parte baja por lo que es el primer año que atraviesa Carretería, retornando al año siguiente a su recorrido tradicional. Sera en 1922 cuando recupere el paso por Carretería siendo necesaria una suscripción popular para abonar el importe de las trescientas pesetas que exigía el entonces Cabildo de Caballeros de La Soledad y Santo Sepulcro para que el desfile pasara por Carretería. Sera a partir de 1947 cuando el desfile tenga su origen en el Templo Catedralicio recorriendo la parte baja de la ciudad para ascender posteriormente a la Iglesia de El Salvador. Este recorrido incluía su paso por Carretería hasta que en 2005 el Cabildo decide suprimir esta calle de su recorrido, desviándose en la Plaza de la Constitución por la calle del Agua para por Tintes acceder a la Puerta de Valencia.
También la procesión del Hosanna se ve en la obligación de reestructurar su recorrido que en principio tenía su origen en la Catedral y tras desfilar por la parte baja de la ciudad tenía su término en la Iglesia de la Virgen de la Luz. Pero determinados recortes litúrgicos provocaron que desde 1956 el desfile comenzara y terminara en el Templo Diocesano realizando el retorno por Santo Domingo, Melchor Cano, Solera y Peso evitando así la parte moderna de la capital (este recorte fue el motivo por el que la Hermandad de San Juan Evangelista dejo de organizar este desfile). Un nuevo cambio de recorrido aprobado en 1962 deja de nuevo a Carretería sin este desfile que reducirá de nuevo su recorrido iniciándose en San Felipe y terminando en la Catedral. Sera a partir de 1976 cuando Carretería sea testigo del ondear de las palmas al iniciarse el cortejo en San Esteban y terminar en la Catedral. La única modificación a este recorrido se produce a partir de 1992 pero únicamente en cuanto a su origen que se realiza desde la iglesia de San Andrés.
Nadie duda que lo enrevesado y estrechez de las calles en la parte antigua dota a nuestros desfiles de unas iluminación y escenografía irrepetibles mientras que la parte moderna con calzadas más anchas y más largas les imprimen una plasticidad diferente que permite disfrutar con mayor precisión de la calidad escultórica de nuestras imágenes y de una visión más amplia del conjunto. Antiguas y modernas ambas se complementan componiendo un escenario único de la más grandes de nuestras tradiciones.
La Diputación de Cuenca patrocina este contenido de la edición digital de La Voz de la Pasión