Page defiende la lavanda alcarreña ante la Comisión Europea

El presidente de la Junta de Comunidades viaja a Bruselas para evitar que se clasifiquen los aceites de lavanda como tóxicos

Javier Herrero

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Es uno de los reclamos turísticos por excelencia de nuestra provincia. Cada año miles de personas se desplazan hasta puntos como Brihuega para contemplar el esplendor de los campos de lavanda allá por el mes de julio.

En total son 2.940 las hectáreas dedicadas a estas plantaciones, un sector que da trabajo a más de un millar de personas. Algo que se tambalea ante la amenaza que supone que la nueva estrategia de sostenibilidad de la Comisión Europea que quiere clasificar sus aceites como tóxicos.

En el día de hoy el presidente de la Junta de Castilla La Mancha, Emiliano García Page ha viajado junto al Delegado de la Junta en Guadalajara, José Luis Escudero hasta Bruselas para buscar apoyos para defender este sector tan importante para nuestra provincia y por ende, para le región. Allí se ha mostrado más que optimista para lograr que la lavanda quede fuera de esa clasificación: “estamos a punto de lograr un dictamen del Parlamente Europeo que lo exceptúe y también le hemos planteado al vicepresidente de la Comisión para que se lleve a cabo. Es importante porque cada vez hay más empresas y más negocio alrededor del sector”.

Por la parte de los productores parece que el miedo que se generó al salir la noticia de la inteción de la Comisión Europea se va diluyendo y ven más cerca que se solucione y no se etiquete sus aceites esenciales como tóxicos. Juan José de Lope es el CEO de Alcarriaflora, una de las principales empresas productoras de lavanda de la provincia. Asegura a COPE que más allá de conseguir que esta medida no se lleve a cabo, lo crucial son las ayudas a los productores. “Son necesarias ayudas abajo, a los agricultores. Se necesitan políticas para que el cultivo no desaparezca, si no se toman medidas y se fija un precio mínima para el aceite esencial que al menos cubra los gastos de producción, todo lo que es el turismo en torno a la palabra 'lavanda' va a morir”.