"¡Estamos al límite! ¿Quién se va a quedar aquí produciendo?"

Decenas de agricultores de Guadalajara se han sumado a la tractorada nacional en protesta por la crisis del sector, provocando el corte de la A-2 a su paso por Torija

Mercedes Castellano

Guadalajara - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Numerosos agricultores de Guadalajara han secundado la tractorada que ha recorrido España este martes colapsando las principales carreteras del país. En el caso de la A-2, se ha producido el corte de ambos sentidos a la altura de Torija, hasta que la Guardia Civil ha conseguido, alrededor de las 12:00 horas, habilitar el carril sentido Madrid. A lo largo de la mañana, la comitiva rodada guadalajareña ha ocasionado también retenciones de circulación en la N-211, concretamente a la altura de Herrería así como, desde el km 20, en Maranchón, hasta el km 1 en Garbajosa, hacia Alcolea del Pinar.

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El objetivo de la movilización, organizada de forma independiente, al margen de las organizaciones agrarias, ha tenido como objetivo mostrar el hartazgo del sector primario, que atraviesa una situación crítica.

"¡Estamos al límite! es que cada año es una vuelta de tuerca", ha exclamado Luis Miguel Abad Pascual, que no ha dudado hoy en cambiar sus cultivos por el asfalto para unir su indignación, pero también su fuerza al del resto de compañeros de profesión.

Con unas 150 hectáreas dedicadas a cereales, oleaginosas y leguminosas en la zona del valle del Badiel, este agricultor de Muduex de 61 años se queja de la debacle de los precios de sus productos.

"Yo tengo el grano de este año, trigo y cebada, en la nave. Cuando coseché, los precios habían bajado con respecto al último año, pero estaban sobre los 250-260 euros, el trigo, y los 230-240 euros, la cebada (la tonelada de cada producto), pero ahora eso ha bajado del orden de entre 30 y 50 euros la tonelada", señala, lamentando que, por el contrario, se debe enfrentar a "un año de cosecha pésima, de rendimientos bajos, con costes del gasóleo agrícola por el euro o por encima del euro. ¿Quién se va a quedar aquí produciendo?".

Pero ésa no es la única pregunta retórica que se plantea Luis Miguel, ya que, a pesar de que los precios de sus cereales han caído "en picao" en las últimas dos o tres semanas, del orden de "10 ó 15 euros la tonelada de trigo y de maíz", no ocurre lo mismo con "los piensos, que no bajan para el ganadero", o con el pan "que no baja para la gente que vamos a comprarlo todas las mañanas. ¿Qué pasa aquí? Es la historia de siempre, ¿quién gana?".

La entrada de grano de otros países es uno de los grandes factores que provocan esta situación. Por eso, aunque el agricultor alcarreño defiende el mercado libre, pide que no se comience a importar hasta que no se haya consumido el producto autóctono.

"Yo quiero que todo el mundo viva y creo y quiero el mercado libre, pero, en el caso de los cereales, se cosecha en julio, se consume todo y ¿se ha gastado en enero? pues se empieza a importar y con los demás productos igual", subraya, sin olvidar otras reivindicaciones como la de "reducir drásticamente el papeleo, porque si no lo sabes hacer tienes que ir a un gestor, y claro, son más costes y ya no podemos".

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Pero además, Luis Miguel Abad reclama "una ley de agricultura para el campo, en la que se proteja el suelo donde se produce".

En este sentido, se ha quejado de que su sector está padeciendo "unas invasiones de instalación de placas fotovoltaicas y de otras muchas cosas de manera poco honrada y poco legal". Por eso, además de cuestionarse "¿qué va a pasar con todos esos restos?" cuando esas placas se retiren, advierte de que "donde hay un campo de placas fotovoltaicas ahí no dejan crecer nada: ¿qué fauna va a haber allí, si lo tienen limpio y pelado?".

Corte de la A-2 por la tractorada del 6F

Corte de la A-2 por la tractorada del 6F

En definitiva, son muchos los motivos por los que el campo se ha lanzado al asfalto de forma multitudinaria en este martes 6 de febrero.

"A mí ya me da igual ganar dinero o no, pero me gustaría arreglar la situación para los que queden después", concluye, sin perder la esperanza en que las protestas consigan mejorar la suerte del sector agrario guadalajareño y español.