"Desmiento categóricamente que se esté haciendo algún tipo de vertido o contaminación subterránea"

Islonias niega que "el montón" de cenizas generadas por la planta de Biomasa contaminen el Tajo o acuíferos y reclama a la Junta su uso como enmienda agrícola

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"Si tuvieran traza peligrosa o nociva no estarían catalogadas como residuo no peligroso"

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Si recuerdas, el pasado 9 de enero publicamos en esta misma página la denuncia lanzada por la Asociación Stop Biogás Alto Tajo sobre la existencia de toneladas de ceniza, acumuladas tras el cierre de la planta de Biomasa de Corduente, que estarían empezando a contaminar tanto las aguas subterráneas de la zona como las del río Gallo, situado a escasos metros del lugar.

Pues bien, Miguel Ángel Martínez, responsable de la empresa gestora de la extinta planta, Islonias S.L., ha desmentido "categóricamente" en Herrera en COPE en Guadalajara que se esté produciendo "algún tipo de vertido o contaminación subterránea", asegurando que se someten "a inspecciones periódicamente y nunca hemos tenido ningún problema ni lo vamos a tener".

Con respecto a la naturaleza de las cenizas generadas, Martínez ha explicado que "se trata de las cenizas de parrilla, que no son volantes" y se encuentran "acopiadas en una zona especialmente acotada que, ya en su día, planificó Iberdrola y nosotros, desde la adquisición del activo, hemos hecho numerosas mejoras", entre ellas, "perimetrar esa zona de acopio en una zona sobreelevada para que no pudiera haber ningún problema en caso de lluvias fuertes o torrenciales y que pudiera darse cualquier tipo de arrastre de estas cenizas".

Además, el gerente de Islonias ha querido aclarar que el cúmulo de esas cenizas, que se calculan en "unas 150 toneladas desde 2021", no representan "una montaña", tal como se ha publicado, sino "un montón" que se gestiona "de la mejor forma posible", teniendo en cuenta que resulta "irremediable que una actividad de este tipo tenga un acopio de cenizas, de forma natural".

En este sentido, ha señalado que "son cenizas escorias de fondo derivadas de la combustión de biomasa forestal", que precisamente se caracteriza "por la nobleza y la pureza, no solo de la biomasa sino también de sus derivados, como en este caso la escoria de fondo".

En cualquier caso, tal como ha subrayado, "si el material tuviera cualquier traza peligrosa o nociva, para empezar no estarían catalogadas como residuo no peligroso y, por supuesto, el organismo regulador Medio Ambiente ni mucho menos nos dejaría gestionarlas o acopiarlas en la zona donde las tenemos".

Montón de cenizas tras el cierre de la central de biomasa de Corduente

"Montón" de cenizas tras el cierre de la central de biomasa de Corduente

Aun con todo, Miguel Ángel Martínez ha lamentado que no exista en la zona "ningún gestor autorizado que las pueda retirar", dejando la actividad desarrollada por la empresa gestora "en un limbo legal. Nosotros somos los primeros a los que nos molesta el acopio de ese material ahí, pero es que no tenemos muchas más fórmulas para poderlo gestionar correctamente".

De este modo, desde Islonias continúan "luchando con la Junta para que puedan permitir oficialmente el uso de estos materiales como enmiendas agrícolas, como se hace en otras Comunidades y en otros países", máxime cuando, según ha argumentado su gerente "no tiene sentido que estas cenizas se lleven a vertederos, con los costes e implicaciones ambientales que ello conlleva, por logística y por el mero hecho de ser una enmienda natural para los pueblos de importantísimo valor".

Finalmente, con respecto al proyecto de una planta de Biogás, a la que también se oponen desde Stop Biogás Alto Tajo, Martínez ha dejado claro que "se trata de un proyecto para producir bioGNL, biometano en formato licuado, usando recursos naturales de la zona, como son la paja de cereal mayoritariamente y estiércoles que se generan en la propia comarca".

En defensa del proyecto, que pretenden que se ponga en marcha "en 2026", el gerente de Islonias, ha insistido en que su actividad está dentro de la legalidad y alineada "con un modelo de proyecto sostenible, cero residuos", ya que "todas las corrientes que se generan en la planta se aprovechan o se valorizan", como ocurre con el CO2, "que no se emite a la atmóstera, sino que se captura y se licúa también para el mercado, y las corrientes de los digestores, se extraen los diferentes elementos de valor, se valorizan también para el sector agrícola, pero no generamos ningún tipo de vertido ni de mala praxis por el propio proyecto".

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