Riba de Saelices: a evitar que cierre el colegio por tercera vez en 16 años
La despoblación cada vez hace más mella y la batalla más inmediata es la de atraer alguna familia con pequeños para evitar el cierre del centro. No es la única ni la más compleja
Madrid - Publicado el - Actualizado
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A estas alturas no es ningún secreto que el principal problema de nuestra provincia no es otro que la despoblación. De tanto en cuanto oímos, vemos o leemos casos de éxodos rurales que han dejado pueblos en situaciones preocupantes.
No es poco habitual ver ayuntamientos haciendo llamamientos para atraer familias que se hagan cargo del bar, crear lugares de co-working para atraer a aquellos que deseen y quieran teletrabajar en el mundo rural o, como en el caso de Riba de Saelices, acondicionando viviendas que luego son ofertadas a familias con pequeños a su cargo para intentar aumentar la población, que a día de hoy se cuenta en un centenar, contando sus dos pedanías: La Loma y Ribarredonda.
Esto mismo, lo de ofertar vivienda para familias con niños, es lo que van a tener que volver a hacer en este pequeño municipio con un espacio municipal para convertirlo en una nueva vivienda, la cuarta que se ofrecería en el pueblo por un precio de 200 euros mensuales. Todo para evitar lo más inmediato: que se cierre el colegio, lo cuenta su alcalde Carlos Loscos: “Esta es mi cuarta legislatura y es la tercera vez que tenemos que hacer algo así. Allí todos somos conscientes de que no todos tenemos el colegio en la puerta de nuestra casa, pero el día en el que cierre el colegio los niños que queden tendrán que desplazarse 25 kilómetros de ida y otras tantos de vuelta para ir al colegio más cercano que en este caso es el de Alcolea del Pinar. El día en el que se cierre, lo hemos perdido para siempre”.
A día de hoy ese colegio cuenta con 4 alumnos, pero dos de ellos el año que viene se van al instituto, lo qie impediría mantenerlo abierto. De ahí lo de ofertar vivienda a bajo precio a familias con niños pequeños. Pero es una medida que, en cualquier caso, es pan para hoy y hambre para mañana. La situación que denuncia Loscos es más de fondo.
Una administración lenta y con demasiada burocracia
En su día, el pueblo vivía de la industria maderera y de los recursos de sus montes y de la resina, pero en 1978 cerró la última empresa que se dedicaba a la explotación de este recurso y para más inri, en 2005 el pueblo sufrió un incendio que calzinó unas 1.000 hectáreas de bosque.
En ese contexto y con unas telecomunicaciones que no es raro que fallen habitualmente, es complicado para alguien plantearse ir a vivir al pueblo si no es para trabajar en una industria agrícola que también está de capa caída.
Y la situación no es que no se resuelva por falta de voluntad, sino que según denuncia Loscos, hay que luchar contra la burocracia en la administración: “Si no llegan los permisos nos tenemos que cruzar de brazos. Un ejemplo: en 2018 vinieron 50.000 euros de ayuda para trabajos agrícolas y la autorización de esas ayudas, ha llegado ahora en diciembre de 2023. Eso la provisional, la definitica no sabremos cuando llegará. Estamos hablando de una memoria de acutación para coger 30 hectáreas de las 1.100 que tenemos de monte quemado en 2005 y coger, desbrozar, limpiar y podar todo el pino que va naciendo para acelerar esa regeneración natural y que a medio largo plazo pdoamos volver a vivir de nuestro monte”.
Y no es sencillo porque para poder explotar un pino tiene que tener, al menos, 30 centímetros de diámetro, pero si no se puede acelerar el proceso porque las autorizaciones no llegan todo se complica mucho más.
Ninguna crítica política
Las palabras de Loscos van más allá de las siglas o de los partidos políticos y no personaliza en ninguno en concreto. Él lleva en el ayuntamiento más de 16 años y en ese periodo han pasado por la Junta de Comuniades dos partidos, no hay gran diferencia: “si no hay técnicos para tramitar ayudas o autorizaciones es normal que tarden tanto en llegar”. Sin eso, denuncia, no se puede hacer nada en el pueblo, más que ir sobreviviendo, lo que llevan haciendo en Riba de Saelices, como en tantos otros municipios despoblados desde hace ya ni se sabe cuanto tiempo.